domingo, 12 de diciembre de 2021
Tren Taller de Asturias
domingo, 3 de octubre de 2021
Acciona Rail Services
Apenas duró tres años, pero el tráfico de carbón de Acciona Rail Services a través de la Rampa de Pajares ha quedado grabado en la memoria de todos. El paso de sus locomotoras de color rojo, flamante en sus inicios, aún resuena en los parajes de la Rampa.
Tren 62225 La Robla-Aboño a su paso por Campomanes. Fotografía de José Luis Fernández García. |
Aunque Acciona no fue la primera operadora privada en ser autorizada como Empresa Ferroviaria, pues lo fue el 16 de marzo de 2006, lo que supuso que era la cuarta de la lista por detrás de Renfe, Comsa Rail Transport y Continental Rail, sí fue la primera en operar. La Concesión del certificado de seguridad por parte del consejo de administración de Adif el 26 de diciembre de 2006. Es cierto que Continental Rail se adelantó en circular a Acciona por unos días, pero el material empleado era cedido por Renfe a través de Construrail, y el tráfico era heredado de la Dominante.
Acciona firmó un contrato con Unión Fenosa para transportar entre 600.000 de toneladas al año y un millón de toneladas de carbón entre el puerto de Gijón y la central térmica de La Robla. Esta medida evitaba la circulación por carretera de 80 camiones al día. La operadora formada por la empresa constructora realizó una inversión de 12 millones de Euros, entre los que se encontraban dos locomotoras PRIMA de Alstom con tecnología EMD, construidas en la factoría de Albuixech, ya bajo el control de Vossloh, y 32 vagones tolva Fanoos construidos por Tafesa.
Acciona Rail Services comenzó el tráfico de carbón térmico de importación entre el puerto de El Musel y La Robla para la central térmica de Unión Fenosa el 27 de enero de 2007. Esto suponía ser el primer tren de mercancías privado en la vía ancha de servicio público tras 65 años de monopolio estatal. En Pajares había que remontarse a la inmediata posguerra con Norte y las locomotoras 6000 y 6100 antes de la nacionalización de los ferrocarriles de vía ancha por parte del Nuevo Estado franquista y la creación de Renfe.
Para trasladar el carbón era necesario hacer circular dos trenes al día, para lo cual se formaron dos composiciones. En Aboño la maniobra y carga la realizaba la nueva contrata del Puerto, Logirail, y en la térmica se disponía de un locotractor.
62221 La Robla (04:40) - Aboño (07:02) -> DIARIO
62222 Aboño (07:48) - La Robla (12:48) -> DIARIO
62225 La Robla (15:15) - Aboño (18:18) -> DIARIO
62226 Aboño (20:25) - La Robla (23:48) -> DIARIO
La explotación y las propias locomotoras sufrieron varias modificaciones desde el inicio de su servicio en Pajares, al tratarse de un verdadero reto para la tracción diesel. Inicialmente se intentó la doble tracción cabeza-cola, con 15 vagones, mediante el gobierno de la locomotora de cola en mando múltiple por señal de radio, sin embargo la difícil orografía dificultó este sistema. Posteriormente, se instaló un cable de intercomunicación a través de toda la composición, si bien esto suponía por parte de la Dirección General de Ferrocarriles a considerar los trenes como una composición uniforme, lo que rigidizaría la explotación, y se desestimó. Finalmente se conservó la tracción en mando múltiple con las locomotoras acopladas en cabeza, por lo que fue necesario realizar aberturas en las cajas para permitir la correcta refrigeración de la que circulara en segundo lugar, especialmente castigada en los túneles por los gases de escape y el calor desprendido por la locomotora de cabeza. Renfe también realizó una operación similar en la 333-314, que adaptó al consumo de biodiesel.
Además de la carga en Aboño con carbón recibido por el puerto de El Musel, también se llegó a realizar pruebas de carga en el puerto de Avilés, con salida del tren desde San Juan de Nieva. El tráfico finalizó en junio de 2009, al paralizarse la campaña. En marzo de 2010 retornó el tráfico de carbón desde Aboño a La Robla, aunque con cambios significativos.
Dos tolvas de Acciona en las vías del Puerto de Avilés. Fotografía de José Luis Fernández García. |
El contrato lo finalizó Comsa Rail Transport con las propias tolvas de Acciona, pero con locomotoras, 335 y 253, y personal propios. No conocemos si el contrato fue renegociado con Gas Natural Fenosa y Comsa alquiló las tolvas a Acciona, o por el contrario, fue el contrato fue cedido por Acciona a Comsa. Esta campaña se realizó hasta el invierno de 2010.
En octubre de 2012 el tráfico se reinició por parte de Renfe, con sus medios, hasta su desaparición en 2019 por la clausura de la central térmica.
La diáspora del material.
Tras el parón en el tráfico de carbón a La Robla las PRIMA de Acciona, en el invierno de 2009 a 2010 ambas locomotoras fueron transferidas a Acciona Infraestructuras para las obras de renovación integral de la línea Bobadilla-Algeciras. La 333-383 quedaría adscrita a esta división e incluso así se rotuló. La 333-383 se ha empleado en trenes de trabajo y traslados de maquinaria. La 333-383 se envió a las obras de la Variante en su parte leonesa desde la primavera de 2015. El 15 de diciembre de 2015 abandonó las obras.
En diciembre de 2010 la 333-382 regresó a Pajares con el tren escuela de la compañía y dos tolvas, con recorridos para formación de maquinistas entre Mieres y La Robla. En esta tarea estuvo ocupada hasta al menos el mes de marzo de 2011.
El tren escuela entre las estaciones de Malvedo y Linares. Fotografía de José Luis Fernández García |
La 333-382 fue empleada en nuevos tráficos, fundamentalmente de contenedores. Incluso, entre 2015 y 2018, Acciona alquiló dos 333.3 a Renfe, las 321 y 323, con rotulación propia sobre el fondo gris estandarizado para las locomotoras de alquiler. Los tráficos realizados unían Madrid con Valencia, aunque también alcanzó Bilbao, Morrot, Puerto de Sevilla o Algeciras. Una parte de las tolvas, una docena, fueron empleadas por Euro Cargo Rail en un efímero tráfico de carbón de Tarragona a la cementera de Morata de Jalón, en febrero de 2011. Posteriormente, en el mes de noviembre todo el parque de tolvas fue alquilado a Arcelor, que las ha empleado en el servicio de coque entre sus factorías de Avilés a Gijón, hasta la clausura de las baterías de coque avilesinas en 2019.
Fin de operaciones
Sin un comunicado oficial, en noviembre de 2020 se divulgó la noticia de la desaparición o al menos el fin de operaciones, de Acciona Rail Transport. Este paso se ha dado dentro de un plan de desinversiones de la empresa matriz, que se ha deshecho de los negocios menos rentables. Lo que sí es cierto, es que ha enajenado todo el material móvil, vendido a la operadora Low Cost Rail.
Las tolvas parece que fueron revendidas, de forma que una parte se las ha quedado Azvi e inicialmente fueron trasladadas a León, quizás para transformar en tolvas de balasto, y el resto han sido desguazadas en Aboño, para recuperar piezas como bogies y el sistema de freno.
Low Cost Rail, que hasta la fecha ya disponía de varias 333.3 alquiladas a Renfe, ha puesto a punto las locomotoras. En diciembre de 2020, las locomotoras 333-382 y 333-383 han sido repintadas en los colores de esta operadora y bautizadas como Triunfo y Victoria, respectivamente. Son empleadas fundamentalmente en el tráfico de contenedores entre Algeciras y Madrid, además de esporádicos traslados de maquinaria de vía. Quizás en alguno de estos traslados una de ellas pueda volver a atravesar la Perruca.
jueves, 30 de septiembre de 2021
La Cuenta Atrás
miércoles, 21 de julio de 2021
La estación de Linares-Congostinas
La estación de Linares, situada entre las de Malvedo y Navidiello, se encuentra en el punto kilométrico 82,261 y a 769 metros de altitud. Es la única estación de la Rampa cuya fisonomía se mantiene intacta respecto a su época fundacional, pues no fue sometida a las ampliaciones realizadas en los años setenta del pasado siglo para aumentar la longitud de sus vías, aunque en el caso de Navidiello ya se inició a principios del siglo XX.
Tren de Trasona a Busdongo con la segunda mitad, que en Busdongo se acoplaría al tren titular, a su paso por Linares. Fotografía de José Luis Fernández |
En cuanto a su edificio de viajeros, se mantiene igualmente en un estado muy próximo al de origen, junto con Malvedo, y por tanto constituye el mejor ejemplo del modelo diseñado por Melitón Martín para apartaderos y estaciones de menor categoría. Lo que sí desaparecieron con los años fueron los urinarios y el pequeño almacén original, que fue sustituido por otro de mayor tamaño, tampoco excesivo, y que se conserva en la actualidad.
Edificio de viajeros de la estación de Linares-Congostinas. Fotografía de José Luis Fernández |
Un Alvia atraviesa la estación de Linares. Fotografía de José Luis Fernández |
En los primeros años de la década de los cincuenta del pasado siglo se instaló una derivación hacia un cargadero de piedra, procedente de una cantera que ya había sido explotada durante la construcción de la Rampa. La cantera fue explotada por la empresa Vías y Construcciones, hasta el verano de 1960 para el suministro de piedra empleada en las obras de renovación de la vía, con motivo de la modernización realizada en la línea, previa a la llegada de las locomotoras de 3000 caballos. Este cargadero, al parecer, fue empleado posteriormente por las minas de antracita de Linares, ya que hasta entrados los años setenta del pasado siglo no había carretera a Congostinas. Donde sí se cargó mineral fue en unas instalaciones muy precarias frente al edificio de viajeros, a donde llegaban mediante un monocable procedente de las minas.
La instalación de la subestación de tracción supuso la instalación de una aguja tomada de punta para las circulaciones pares. Con el tiempo esta vía ha desaparecido. La tercera vía y que daba acceso al cargadero igualmente desapareció, y se ha mantenido una aguja desde la vía tercera para acceso al antiguo cargadero para los primeros metros para apartar vehículos de mantenimiento y también se ha aprovechado para el acceso de la subestacion móvil que ha sido instalada sobre los restos de la antigua vía quinta.
sábado, 22 de mayo de 2021
Tiempo de diligencias
En este periodo la pequeña aldea de Busdongo de Arbas vivió el crecimiento de un nuevo núcleo junto a la estación asentado a lo largo de la carretera, e iniciado poco antes con las propias obras del ferrocarril. Durante los doce años que duraron los trasbordos se levantaron nuevos edificios de viviendas para acoger al personal de las diligencias, arrieros y carreteros, junto a fondas para acoger a los viajeros, en el caso de que éstos no llegaran a tiempo para la correspondencia con los trenes.
El servicio
combinado Combinado era atendido por la conocida compañía de la
Ferro-Carrilana, que ya operaba desde antiguo en varios puntos del norte
peninsular. A partir del 20 de marzo de 1878 Noroeste también estableció un
servicio de arrastre de mercancías entre las estaciones de Busdongo y Pola de
Lena a través de la carretera.
Edificio de viajeros de la estación de Busdongo, al pie de la carretera de Castilla, o de Gijón a Adandero, hoy N-630 Ruta de la Plata de Gijón a Sevilla. Fotografía de José Luis Fernández. |
Durante la tercera guerra Carlista los viajeros de las diligencias sufrieron los ataques de las partidas carlistas en Pajares. También los trenes fueron atacados, como el suceso narrado por la escritora Rosario de Acuña en Villamanín. En más de una ocasión el correo fue robado y posteriormente quemado por la partida de Faes.
En 1882 Leopoldo
Alas Clarín narró, dentro de un artículo dedicado a las costas de Asturias, el
viaje a través de Pajares en diligencia:
Asturias, no es alabanza, es una provincia que tiene caracteres tan señalados, que la distinguen mucho de todas sus vecinas. Vengan ustedes conmigo, y se convencerán. Montamos ó nos embarcamos, ó como ustedes digan, en el tren de las siete y cuarenta salvo error),En la estación del Norte. Preguntamos á uno de los que llevan galones en la gorra: ¿Cuál es el coche de Busdongo? El de los galones no contesta, pero no importa; síganme ustedes á mí. Cerca de la máquina está el coche de Busdongo. Entremos. Hasta mañana á las doce ó la una (salvo error y salvo retraso), podemos estar aquí dentro; todos los demás wagones se quedan en el camino ó cambian de vía; éste va derecho á la última estación de la línea de León á Asturias.
Ya estamos en Busdongo; hemos almorzado en León, bastante mal y muy deprisa. ¡Al coche, al coche! Sí, señores, valga la verdad. El puerto de Pajares hay que bajarlo en coche. ¿Qué le hemos de hacer? ¡Cosas de España! Si aquí los Gobiernos fueran Gobiernos, el ferro-carril estaría hecho; ¡pero estos Gobiernos! Hablamos mal de política un rato, y con esto olvidamos la molestia del trasbordo. Además, los coches son cómodos, seguros, el ganado fuerte, los mayorales inteligentes y expertos. No hablen ustedes más de Donon ni de Toreno... Llegamos á lo alto del puerto. En doblando esa empinada, vemos la tierra prometida. Estamos en el puerto de Pajares. Asturias se extiende á nuestros pies; las cumbres de las montañas están al nivel de nuestros ojos; la nieve refleja en los altos vericuetos los rayos del sol, como hendidos en diamantes.
Parece que fué allí la batalla de los dioses y los titanes. Magnífico escenario para una representación de Esquilo, de su Prometeo encadenado. Los lectores acaso no hayan leído á Esquilo, ni sepan de las rencillas de los dioses y los titanes... Vamos adelante. Además, una descripción del grandioso espectáculo que tenemos á la vista sería inoportuna en este momento en que cada cual atiende á la conservación del individuo y á evitar los vaivenes del trayecto extremado. El viajero salta como la codorniz en su jaula, y si no está prevenido, se hace un chichón en la cabeza... El que baja el puerto por vez primera cree inverosímil que se llegue con vida al fin de la jomada. Y sin embargo, nada más cierto; la cuesta es empinada como ella sola; el abismo está á la izquierda con la boca abierta, las muías del tiro resbalan y á duras penas contienen una carrera forzada que las arrastraría al precipicio... Pero las ruedas del coche se agarran á la tierra con dientes de hierro, el mayoral es sabio y experto, el delantero va costeando los peligros del abismo; es aquello una navegación en un mar de piedra, con montañas por olas; si el piloto se descuida, el abismo se lo traga todo.
Cuando algún carromato, con sus diez mulas, rodó por el derrumbadero, el ganado llegó al fondo en cuarterones, el vehículo hecho polvo. Pero no hay que asustarse, caballeros! Estas cosas son rarísimas; ya estamos en Puente los Fierros. Otra vez al tren.
sábado, 15 de mayo de 2021
La Subestación de Linares
A finales de los sesenta del pasado siglo, tras más de cuatro décadas desde la puesta en marcha de la electrificación de Norte, la Rampa necesitaba más potencia para permitir el aumento de las toneladas transportadas a través de ella. La Empresa Siderúrgica Nacional ya se encontraba a pleno rendimiento y la demanda de productos siderúrgicos allende Pajares era continuada, e incluso, se preveía que aún sería mayor con la inminente entrada en servicio de la nueva factoría de la Unión de Siderúrgicas Asturianas.
Se pretendía aumentar el número de circulaciones y también hacerlo con trenes más largos y pesados, de hasta 500 metros y 1.200 toneladas de carga, y poder aprovechar la mayor capacidad aportada por el reciente Control de Tráfico Centralizado, inaugurado por entonces. Se necesitaba poder emplear las locomotoras 7700 en doble tracción. Se había determinado la asignación de 35 locomotoras 7700 al Depósito de Tracción Eléctrica de Oviedo, ubicado en el ferroviario barrio de La Argañosa.
La entrada en servicio de las locomotoras 7700, a mediados de los cincuenta, había exigido la sustitución de los viaductos originales y la renovación de la vía, pero la electrificación de la Rampa no se había actualizado desde 1924. Con la extensión de la electrificación de los años cincuenta por ambos extremos de la línea se instalaron las subestaciones de La Robla, en dirección a León y las de Oviedo y Peñarrubia, hacia el lado Gijón.
Las dos subestaciones originales de la electrificación francoamericana de 1924 eran por tanto insuficientes y además, en aquel momento, ya estaban muy envejecidas para los nuevos propósitos. Se decidió la instalación de tres nuevas subestaciones en Mieres, Linares y Villamanín, necesarias para cubrir los tramos intermedios entre las existentes. Igualmente se modernizaron las subestaciones de La Cobertoria y Pajares, además de instalarse el telemando para todas ellas, controlado desde una sala anexa del CTC ubicado en la estación de Oviedo. Estas actuaciones estaban amparabas en el Segundo Plan de Modernización de la Renfe.
Como era habitual en casi todas las subestaciones, dado el tamaño de los transformadores, disponía de una vía de acceso para permitir la entrada de los mismos y su posible sustitución. Esta vía se perdió con la simplificación de las instalaciones de Linares-Congostinas, a mediados de los ochenta. En 2002 estuvo instalada una subestación móvil en Linares, probablemente durante la reparación de la fija.
En julio de 2020 se produjo un incendio en las instalaciones de la subestación fija que dañó gravemente ésta, y condicionó el empleo de la móvil, al disponer de varios equipos dependientes de la primera. Se ha propuesto la reparación de los daños mediante la declaración de urgencia de las obras, que en estos momentos se llevan a cabo.
sábado, 10 de abril de 2021
De Brazatortas a Malveo
La protagonista de esta entrada es la 319-243, que en la primavera de 1998 también mudó al ancho al ibérico y perdió su esquema AVE en favor del original de la entonces extinta UNE de Tracción. Sin embargo, no fue destinada a las UNE de Cargas ni Transporte Combinado, pues fue asignada a la Gerencia Noroeste de la UN de Mantenimiento de Infraestructuras. Poco antes, también se había traspasado a esta misma UN la 319-340, en su caso para la tracción de trenes laboratorio, al estar dotada de manga de 3000 voltios para el tren.
domingo, 14 de marzo de 2021
Los trenes de la Rampa (V): la madera
Otro de los tráficos en la Rampa de Pajares presente en las últimas cuatro décadas es el transporte de madera, que con sus altibajos y variaciones de itinerario continúa en la actualidad. Al igual que sucedió con el tráfico de carbones, que en un momento invirtió su tradicional flujo, el transporte de madera pasó realizarse con destino a Asturias, cuando ésta era destinada a la entibación de las explotaciones mineras, a ser enviada fuera de ella, destinada principalmente a la producción papelera.
La madera de castaño iba
destinada a la fabricación de muebles en Portugal, construidos al modo
tradicional. Esta madera, de mayor valor que la de eucalipto, se cargó
principalmente en Trubia entre los años 1985 y 1991. El fin llegó cuando Renfe
elevó descaradamente el precio del transporte de este punto con el fin de
eliminar el tráfico de mercancías y concentrarlo en las otras estaciones antes
indicadas. Esta fue la estrategia comercial de la Renfe de esos años. Para su
transporte era empleados vagones de ejes abiertos con los bordes recrecidos,
serie X3 (serie UIC Ekklos), que por entonces Renfe transformó a partir de los
X1 para tales tráficos. Los vagones no podía ser cargados completamente, pero
no debido a la limitación del puente sobre el Nalón de la línea de Trubia,
categoría A-2, sino por la limitación del puente internacional sobre el río
Miño, categoría A-1 en aquel entonces, más restrictiva en el peso por eje y
metro lineal. Las estaciones portuguesas de destino eran las de Leixoes,
Penhafiel, Espinho y Paredes, motivo por el cual este tráfico era encaminado
por Galicia y la línea del Minho.
La madera de eucalipto,
era cargada en sus inicios en San Juan de Nieva, Lugo de Llanera, y también en
Trubia. Posteriormente se añadió la playa de vías del Centro de Transportes de
La Calzada de Asturias. Alguno de los trenes partía de la estación de
clasificación de Soto de Rey. Las estaciones de destino eran Zaragoza Miranda
de Ebro y Girona, junto a otras más esporádicas, como Pontevedra, San Juan del
Puerto y Cella.
Uno de los destinos
principales de la madera asturiana fue la fábrica de Miranda de Ebro, hasta
donde llegaban los trenes con las 7700 y 251 asturianas, incluidos la pareja de
maquinistas del depósito de Oviedo; se trataba de los uno de los servicios de
mayor distancia realizado por ellos. La fábrica mirandesa era la sucesora de
Fefasa, una factoría creada por el INI en la posguerra para fabricar fibras textiles
mediante el aprovechamiento de la paja del trigo, pero que a la postre resultó
un fracaso tecnológico. Fue reconvertida en una papelera a través de la empresa
pública Ence en 1972, y tras el paso por varias manos (Scott 1987, Kimberly
1996 y Rottneros 1991) llegó su cierre definitivo en 2009. En mayo de ese año
aún estaba grafiado un tren semanal entre Lugo de Llanera y Miranda de Ebro, el
83266/83267, con 850 toneladas de carga. Solo dos años antes era de dos
circulaciones semanales, de las cuales una de ellas procedía de la estación de
La Calzada. La maniobra de este tren era complicada, pues la estación de La
Calzada nunca fue completada, y los trenes debían maniobrar y ser expedidos
desde la estación de largo recorrido de Gijón-Jovellanos.
En 2009 también se cargaba madera desde las estaciones de San Juan de Nieva y Lugo de Llanera, con destino a Zaragoza. En 2012 este tráfico era diario, con el tren 83218/83219 San Juan de Nieva-León, con 950 toneladas y locomotora 251 asignada. Este material continuaba a Zaragoza Corbera Alta, con 2000 toneladas, al agregarse el material procedente de Monforte de Lemos. Este tren era remolcado por una pareja de 269.0 de la base de León y tras su retirada, un par de años después, por una pareja de 333.3. En Corbera Alta nace actualmente el ramal a la factoría papelera de la Montañanesa, perteneciente a Torras Papel. Antiguamente, dada la inexistencia de este ramal, la madera era trasbordada mediante camiones desde la estación del Arrabal. En 2011 consta que hubo carga de madera en la estación de Viella con destino a Portugal.
En la actualidad, el
tráfico de madera se desarrolla dos días a la semana entre San Juan de Nieva y
León, para agregarse a otra rama gallega y continuar juntas a Zaragoza Corbera
Alta. No obstante, en ocasiones el tren parte de Lugo de Llanera, con vagones
cargados en esta estación. La tracción sigue confiada en las 251 y los vagones
empleados continúan siendo los XX. No obstante, de forma reciente se han
probado plataformas jaula, una prueba que también se realizó a mediados de los
noventa y no prosperó.
domingo, 14 de febrero de 2021
El apeadero de La Perruca y el esquí
domingo, 3 de enero de 2021
Los trenes de la Rampa (IV): la ceniza
Uno de los tráficos más habituales por la Rampa de Pajares en los últimos 30 años fue el de cenizas de carbón, producidas en las centrales termoeléctricas y destinadas a la fabricación de cemento. A mediados de los noventa del pasado siglo surgió con fuerza este tráfico, que en algún momento llegó incluso a ser diario y cuando menos, semanal. Aunque tuvo grandes fluctuaciones por la propia variación de la producción derivada del funcionamiento irregular de las centrales termoeléctricas y por la demanda variable de la producción de cemento, se ha mantenido presente hasta la fecha. No obstante, con el proceso de clausura de las centrales termoeléctricas, ya iniciado, podemos darlo por sentenciado.
Ya desde los años setenta del pasado siglo se
conocía y empleaban, tímidamente, cenizas de centrales térmoeléctricas o procesos
siderúrgicos en la fabricación de cementos artificiales especiales, pero no fue hasta más de
veinte años después, cuando su uso se extendió y generalizó. En aquel entonces,
con el aumento espectacular de la construcción civil y de obras públicas vivida
en el Estado español, este residuo industrial fue altamente demandado por las
empresas cementeras, ya que aportaba al proceso de fabricación del cemento grandes beneficios, por
mejorar sus características puzolánicas, y permitir la modificación a voluntad
de las características finales del producto.
Por su parte, para las empresas eléctricas, que
también aumentaron su producción por la mayor demanda existente, la valorización
de este residuo les suponía unos ingresos extraordinarios y les resolvía un
problema medioambiental, que por entonces también se les había elevado. Hasta aquellos
años, lo habitual era deshacerse de las escorias procedentes del hogar
mediante su acumulación en escombreras, ya que solamente suponía un 20% de las generadas
en el proceso. Las restantes, las cenizas volátiles, desaparecían por la chimenea
conjuntamente con los gases de la combustión, lo que provocaba graves daños
medioambientales y problemas en la agricultura local. La imposición de medidas
correctoras obligó a instalar modernos filtros electroestáticos que capturaban la mayor parte de esta
material volátil.
Fruto de la revalorización de este producto y de
una simbiosis industrial, surgieron los tráficos de esta mercancía desde las
centrales termoeléctricas hacia las fábricas de cemento. Salvo los limitados
casos en los que ambas instalaciones se encontraban muy próximas y era viable
el transporte mediante camiones, este fue un tráfico que el ferrocarril pudo
captar prácticamente en su totalidad. En buena medida fue debido a que las
empresas cementeras disponían de apartaderos y un amplio parque de vagones
tolva para transporte de pulverulentos y solamente necesitaban de Renfe para
que realizara el tráfico.
En lo que respecta al tráfico de cenizas que ha
transitado por la Rampa de Pajares, este fue generado por dos centrales
termoeléctricas: Soto de Ribera y Lada, de Térmicas Asturianas e Iberdrola,
respectivamente, y ubicadas en las poblaciones homónimas. En 1994 comenzó a
enviarse desde Soto de Rey trenes con ceniza, prácticamente cada dos o tres
días por semana, con destino a las fábricas de cemento de Mataporquera
(Cementos Alfa) y Venta de Baños (Cementos Hontoria), y posteriormente
también con destino Olazaguitia, todas empresas vinculadas al grupo Cementos Portland.
Por este motivo, el material remolcado era en su mayoría vagones PTT de esta
compañía. La tracción de los trenes homogéneos era aportada por las locomotoras
251 entre las estaciones de Soto de Rey y Venta de Baños, aunque en ocasiones
finalizaban trayecto en León-Clasificación. En aquel entonces, la estación de
Soto de Rey era el epicentro de los tráficos de mercancías en Asturias al
actuar como estación de clasificación y origen de la mayoría de los mismos, y
que llegaban hasta ella dentro de los turnos de «Interiores».
Hasta el nacimiento de este tráfico, la derivación
particular entre la estación de Soto de Rey y la central tenía los carriles
oxidados, pues hacía más de veinte años que no registraba tráfico alguno, quizás el
último había sido algún transporte especial. El abastecimiento de carbón de esta central
estaba resuelto mediante la conexión de vía métrica del ferrocarril Vasco
Asturiano y posteriormente Feve. Desde las vías de la central térmica hasta la
estación los trenes eran movidos por la locomotora 311 asignada a la estación.
Desde agosto de 1995 se sumó un nuevo tráfico de
cenizas, el generado por la central termoeléctrica de Lada, en La
Felguera. Este tenía como destino la estación madrileña de Meco, donde
se asentaba una fábrica de cemento del grupo Asland, hoy ya desaparecida, y se realizaba mediante vagones PT de Transfesa, en composiciones de 13
vagones, con 420 toneladas. La propia locomotora 311 de Soto de Rey llevaba la
composición vacía a la Felguera y regresaba con la cargada a Soto de Rey. Este tráfico se realizaba por periodos y tenía
carácter prácticamente semanal.
Durante más o menos una decena de años, ambos
tráficos se mantuvieron con fluctuaciones. Se pasó de la situación en unos años en los que no
había capacidad para suministrar la demanda existente, pues como residuo que
es, su producción está condicionada por las horas de funcionamiento de las
centrales termoeléctricas, a su vez relacionado con la demanda y el funcionamiento de las
centrales hidráulicas, por tratarse de un año hidráulico abundante. En un
momento dado, incluso Feve llegó a transportar ceniza de Soto de
Ribera, con destino a Cementos Lemona, que hasta entonces empleaba cenizas de
tragante de horno alto y que con el cierre de AHV se quedó sin suministro. También
se produjeron envíos de ceniza al puerto de El Musel mediante vagones de
Cementos Intermonte, que era embarcada allí con destino a cementeras del grupo en el sur peninsular.
Un punto de inflexión lo marcó la crisis económica, a partir de 2008, en el que los tráficos pasaron a ser prácticamente semanales y con un menor número de destinatarios finales. El tráfico semanal desde La Felguera, que ya tenía su origen en la propia estación y estaba destinado a Vicálvaro-Mercancías, finalizó definitivamente en 2009.
Los tráficos desde Soto
de Rey bajaron su ritmo a solo un tren semanal, con destinos que se iban alternando
entre Olazagutia, Picón de Serranos (Venta de Baños) y Mataporquera, hasta que
los últimos años, tan solo era de prácticamente un tren mensual. Esto fue
debido a que Soto de Ribera comenzó a disminuir las horas de funcionamiento de
sus grupos tradicionales y a funcionar con su ciclo combinado mediante gas
natural. La Central Térmica Teruel, de
Endesa, comenzó en la pasada década a incrementar su envío de cenizas con
destino a los clientes tradicionales de la térmica asturiana. En 2020, por
ejemplo, apenas han circulado uno o dos trenes, poniendo prácticamente fin a
otro tráfico más en la Rampa de Pajares.