Durante los primeros años del siglo XX los viajeros que debían atravesar Pajares en su viaje los temores eran muchos, y no solo por la carbonilla y los gases que superaban a los que se padecían en cualquier otra línea. La pendiente del Pajares había causado muchos cortes de trenes de mercancías, hasta entonces saldados con la destrucción del propio material y algún infortunado guardafrenos, pero siempre estaba el peligro de que acabasen empotrados contra algún tren de viajeros que le sucediera, pese a las vías de seguridad existente en las estaciones. Aunque Pajares nunca sucedieron tragedias como las de la línea vasca de vía estrecha que atravesaba el puerto de La Descarga del Durango-Zumárraga, la sucedida en el Bilbao-Lezama o los numerosos accidentes del ferrocarril cordobés de Córdoba a Peñarroya, Pajares recopiló un largo historial de incidentes de mayor o menor importancia en sus primeros años.
En septiembre de 1902 ocurrió un desgraciado accidente al chocar en plena línea, a la salida del túnel de El Capricho, dos trenes por la indebida salida de uno de ellos de la estación de Malvedo. El responsable de la maniobra indebida que provocó el choque fue el factor de circulación; en aquel momento llevaba 22 horas de jornada continuada…
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