viernes, 29 de julio de 2016

Pajares, cementerio de elefantes

A lo largo del mes de marzo de 2016 han comenzado a trabajar nuevamente en la Rampa de Pajares locomotoras de la serie 269, tras varios meses en los que habían desaparecido por estos lares, como sucede ya en otras partes de la otrora Red Nacional. Recordemos que desde finales de 2015 no hay ninguna 269.0, 269.2 ni 269.750 en servicio en Renfe Mercancías, todas ellas retiradas, y en el mejor de los casos, dispuestas o en reparación para su alquiler a operadoras privadas por parte de Renfe Fabricación y Mantenimiento, la antigua Integria, al más puro estilo de las «Rosco» británicas.

La 269-853 a cargo del segundo carbonero diario atraviesa sin detenerse la estación de Pajares en dirección a La Robla. Fotografía de José Luis Fernández. 
Las escasas japonesas que circulan empleadas por la propia Renfe Mercancías, son varios ejemplares de las series 350, 850 y 950, en principio en todos los casos formadas por dos 269 originales, bien bajo la forma de tándem emparejadas como una sola locomotora (350 y 850) o como dos vehículos en mando múltiple con numeración diferente en cada vehículo original (950).

Aunque a priori las 269 han venido a la Rampa a realizar los trenes de carbón para Gas Natural Fenosa de Aboño a La Robla, con el fin de llevar composiciones de 15 vagones, se encargan igualmente de siderúrgicos y todo tipo de trenes. En el momento en el que el tráfico de carbón se ha paraliza o disminuyen en número para adaptarse a la producción y llegada de barcos a El Musel, las 269.850 se emplean en los tráficos siderúrgicos. También en este periodo han regresado puntualmente las 289.1, tras una año 2015 en el prácticamente desaparecieron de la Rampa.

A lo largo del mes de marzo de 2016 las 269.850 han pasado a depender de la Base de León, de la cual a finales del año pasado habían desaparecido las últimas 269.0; precisamente las últimas en servicio para Renfe han estado apartadas unos meses en Llanera, la pareja formada por 269.050 y 269.060, pues su último servicio en Renfe se realizó rindió viaje en Asturias. En la actualidad ambas están alquiladas a Comsa Rail Transport, que las emplea en la línea de Santander en el tráfico de Pecovasa.

Las 269.850

Esta serie de locomotoras, formada inicialmente por siete ejemplares, fue conocida de manera oficiosa en el momento de su creación en 2003 como «semi-tándem», para diferenciarlas de las «tándem» 289.1. Se trataba de una transformación con el fin de obtener un vehículo con similares prestaciones que las 289.1, aunque con una menor inversión en su transformación. Las siete locomotoras 289.850 fueron creadas para Renfe-Cargas a partir de una pareja de locomotoras 269.8, a su vez transformadas anteriormente, a partir de otras tantas 269.0.

En la primera de estas transformaciones las locomotoras recibieron nuevas transmisiones monoreductoras de la casa valenciana Fellar, con el fin de reducir el coste del mantenimiento. A lo largo de 2001 se fue transformando esta primera serie y a continuación fueron distribuidas entre Zaragoza y Barcelona Can Tunis, conforme eran entregadas por Mantenimiento Integral de Trenes (MIT-Renfe). 

A partir de febrero de 2003 se realizó la formación de la serie 850 mediante la agrupación permanente de las 800 en parejas permanentes con una nueva numeración única para ambas como un solo vehículo. La decisión de transformar esta serie fue producida, al igual que sucedió con la transformación de las 269.7 en 269.750 por parte de Transporte Combinado, tras la entrada en vigor del Agente Único de Conducción.

Las 269.850 han permanecido durante casi toda su vida activa al taller de Sevilla-Santa Justa, siendo fundamentales en la tracción durante la última década en el servicio de los trenes generados desde Andalucía Occidental, como eran los trenes de combustible de Huelva o el TECO desde La Negrilla a Viella. Durante un tiempo, aproximadamente entre 2007 y 2008 estas locomotoras dependieron de Vicálvaro, pero sus servicios fueron básicamente los mismos. Actualmente solo hay seis ejemplares, tras un incendio de la locomotora 269.854 que supuso su retirada.  

Lamentablemente las 269.850 presentan actualmente una imagen deplorable, cubiertas de grafitis y suciedad en su totalidad, fiel reflejo de la situación de Renfe-Mercancías.