Atrás ha quedado la imagen del visitador que golpeaba con un martillo metálico las llantas de los coches de viajeros en las paradas en las estaciones importantes, aquellas que contaban con personal de material móvil. Cuando una llanta se encontraba con excesiva temperatura, por el caldeo del eje, el sonido que emitía la llanta era diferente al habitual, por lo que se verificaba el correcto estado de la caja de grasa y el nivel del lubricante.
Con la aparición de los cojinetes de rodillos, la posibilidad de agarrotamiento de un eje se ha reducido, pero no ha desaparecido totalmente ni por tanto las graves consecuencias que puede acarrear, por lo que sigue siendo necesario controlar el posible caldeo de ejes. Desde hace unos años se encuentran instalados en las líneas detectores de ejes calientes que mediante infrarrojos miden la temperatura de las llantas a su paso y dan aviso al puesto de mando o estación cuando detectan anómalas temperaturas.
En el caso de detectar el paso de una circulación con algún eje caliente en la composición se da aviso al maquinista para que se detenga en la próxima estación para que lo reconozca. En aquellos casos en los que el problema ha ido a más y el eje ha quedado finalmente agarrotado, es necesaria su sustitución. Si no es posible sustituirlo in situ, el vehículo se debe trasladar a talleres con el eje apeado sobre un diplorys especial, circulando con marcha reducida.
Esta mañana, en el apeadero de La Frecha he podido presenciar sorpresivamente la circulación de un corte de cuatro plataformas MMB cargadas con bobinas de chapa, dirección a Gijón, a cargo de la 319-404. Se trataba del traslado a talleres de una parte de un tren que se quedó ayer detenido en Puente de los Fierros (gracias, José Manuel Trigos por la corrección) al detectarse un eje caliente en la composición, posiblemente ya agarrotado. El vagón afectado era el Shmms 32 71 476 5 392-4, que circulaba en cola del tren con el eje apeado, y le acompañaban otros tres para poder completar el peso freno necesario. En Vega del Rey (Pola de Lena), donde hay un detector de ejes calientes, técnicos de Adif lo estaban revisando, tal vez porque ayer no cumplió su cometido.
Fantástico reportaje, felicidades!
ResponderEliminarMuy interesante
ResponderEliminarMuy buen reportaje.
ResponderEliminarSi cumplió su cometido, por eso se paró el tren en Fierros.
ResponderEliminarJMT.
Me alegro que os haya gustado.
ResponderEliminarJosé Manuel, gracias por la puntualización. Por tanto entiendo que el vagón se apartó en Fierros.
Interesante aportación y explicación. Este tipo de anomalías está bien mencionarlas ,no todo se limita a llevar un tren de un punto a al b ,en todo viaje surgen incidencias de diversa indole.
ResponderEliminarDesde Busdongo costaría menos llevarlo a León o a La Robla.
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