martes, 1 de noviembre de 2011

Los descarrilamientos del Tren del Centenario en la Rampa

Coincidiendo con las fiestas de Begoña de 1949, el Ayuntamiento de Gijón organizó junto con la Comisión del Centenario del Ferrocarril en España la visita del tren del Centenario a la villa de Jovellanos. El tren del Centenario, réplica del primer ferrocarril de servicio público que surcó la España peninsular, había sido construido para celebrar el centenario de la línea Barcelona-Mataró en octubre de 1948. La locomotora original, pese a que en su momento fue conservada, terminó desapareciendo, por lo que a la Renfe no le quedó otra que encargar una réplica con los escasos planos e información disponible a La Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona, junto a tres coches, cada uno de una clase (1ª, 2ª y 3ª). La locomotora, de rodaje 1-1-1 y ténder remolcado, recibió el nombre de Mataró.

Tras las celebraciones del centenario, el tren fue llevado por otras líneas bajo el nombre de “Tren Romántico” o “Tren de la Fresa”. Durante sus primeros veinte años visitó multitud de poblaciones, tanto con trenes especiales o con exposiciones, en muchos casos según se iban produciendo los centenarios de las líneas españolas: (Madrid-Aranjuez 1951, Pobla de Segur 1951, Tarragona 1954, Bilbao 1962, Palencia-León 1963, Venta de Baños-Exposición-1963, etc.)

Durante los años setenta el tren pasó una etapa de ostracismo y permaneció con la Mataró averiada, apareciendo esporádicamente de manera estática en exposiciones, siendo reparada la locomotora para el centenario de la línea Reus-Tarragona en 1981 y participó en otros centenarios como Oviedo-Trubia 1983, Monforte 1983, Rampa de Pajares 1984, la exposición “La Forma de la Velocidad” en 1988 en Sevilla, etc. Nuevamente permaneció unos años olvidada, recuperada de nuevo en 1998 en la celebración de los 150 años en la exposición de Barcelona-Estación de Francia, y a finales de la década pasada ARMF de Lleida la reparó para utilizarse en varias celebraciones en Cataluña, si bien está pasando de nuevo un periodo de aletargamiento en el Museo de Vilanova.

Volviendo al viaje del Tren del Centenario a Asturias en 1949, el tren se desplazaría a Gijón el día de antes y a su paso por Mieres sería recibido por las autoridades locales a última hora de la tarde de aquel día 12 de agosto. Sin embargo, la noche se echó encima y el Tren del Centenario llegó en plena madrugada, sin nadie que lo recibiera a su paso al haberse retirado antes. ¡Dos veces había descarrilado en el Puerto!



De la noticia se hacía eco la prensa nacional, el ABC, pero también la prensa clandestina en el exilio: “Mundo Obrero”, el Boletín del Partido Comunista en Francia, publicado en Toulouse. Cuenta con gran sorna el bochornoso espectáculo de las fuerzas vivas, jerarquas y comparsería[sic] esperando en el andén de Mieres, mientras que la Mataró descarrilaba por dos veces entre Villamanín y Navidiello, trayecto en el que invirtió ocho horas. La causa era que el “juego de ruedas” no se ajustaba a las curvas de la Rampa. Aquel día los falangistas debieron guardar la camisa azul en la percha hasta nueva ocasión…

Al día siguiente, el día previo a la festividad de Begoña, día grande de Gijón, el Tren del Centenario alcanzó Gijón, donde se celebró el acto para el que se había desplazado. El tren circularía entre el Paso a Nivel de la Rueda y los jardines de la Reina, por el trayecto que servía de enlace a la estación del Norte con el antiguo Muelle, donde se había instalado una tribuna para las autoridades. Los expedicionarios del tren venían ataviados con trajes del siglo XIX y sonaba música contemporánea interpretada por la Banda Municipal. Otra nota la ponían los tranvías, que circulaban jardineras remolcadas por mulas, como entonces.

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