Este mes se ha producido el derribo del edificio de la central térmica y subestación de Viesgo en Santa Cruz de Mieres, instalación que alimentó la electrificación de la Rampa de Pajares desde su inicio.
En las cuencas del Ayer y Caudal, se estableció en Ujo en 1914 la compañía Energía Eléctrica de Asturias, vinculada a la Sociedad Hullera Española, encabezada por Manuel Montaves Martínez, subdirector de la compañía minera, y dirigida técnicamente por su yerno Juan Rovira Sala. El inicio de la producción llegó mediante la explotación de tres concesiones en el río Ayer en Carbayalín, Lorria y Llananzanes, que alimentaban el salto de agua de La Paraya. En 1915 incorporó la concesión para la explotación del río San Isidro.
La central termoeléctrica contaba
con un parque de carbones ubicado al otro lado del río Aller, dadas las
limitaciones de espacio de su ubicación, que estaba conectado mediante un sistema
de puente-grúa dotado de un cucharón de grandes dimensiones, que circulaba
sobre una infraestructura metálica que cruzaba sobre el río Ayer. Como gran
parte del carbón se recibía mediante un apartadero del ferrocarril Vasco
Asturiano, a pie de central, el carbón descargado en el apartadero se enviaba
al parque de carbones, al otro lado del río, y posteriormente volvía a cruzarlo,
ya homogeneizado con mezclas de otros carbones procedentes del lavadero de
Sovilla. Inicialmente, la central estuvo alimentada por el tranvía de la
Industrial Asturiana de Figaredo a Moreda, el mítico Zurrón, que discurría por
la carretera, entre la central y la montaña.
En 1919 la compañía Energía Eléctrica de Asturias fue comprada por Electra de Viesgo, que había nacido en la provincia de Santander; en aquel momento la compañía asturiana ya se había extendido al Occidente asturiano e instalado el salto de Camarmeña, en el río Cares. Para el suministro de corriente eléctrica para la electrificación de la Rampa de Pajares, aunque inicialmente estaba previsto que la propia Compañía del Norte instalara una central termoeléctrica, finalmente firmó en junio de 1922 un contrato con Viesgo para el suministro de una potencia de 6.000 kilovatios mensuales. Para transportar la electricidad contratada se realizó una conexión entre la Central de Santa Cruz y la subestación de La Cobertoria.

Las fuentes consultadas fijan
el año de 1968 como el momento en el cual la Central Térmica de Santa Cruz fue
desconectada de la red, aunque desde entonces se ha mantenido como central
distribuidora. En 1989 aparecieron grietas en los edificios de la central, que en
un informe del Instituto Tecnológico Geominero de España, realizado a
instancias de Riesgo, fueron achacadas a subsidencias mineras provocadas por la
explotación de un paquete cercano de Minas de Figaredo. Estas grietas y
deformaciones fueron en aumento y eran visibles desde el exterior en los
edificios.
En 2022 se iniciaron las obras de renovación de la subestación eléctrica, con la sustitución completa del parque de intemperie, que han finalizado en noviembre de 2025, con la demolición del edificio de la central termoeléctrica, una pérdida más para el patrimonio industrial asturiano. Al parecer, en el interior del edificio aún se encontraba una las turbinas de vapor originales de la casa suiza Escher Wyss.





No hay comentarios:
Publicar un comentario