Aunque aún no ha pasado ni medio siglo desde la creación del servicio «Ruta
de la Plata», el recuerdo de este tren y del tramo mollar de su itinerario, hoy
cerrado y prácticamente desmantelado, va en aumento con el paso del tiempo. El tren
«Ruta de la Plata» enlazó, de forma directa, durante 15 años las ciudades de Gijón y Sevilla en un
increíble recorrido a través del oeste peninsular, un trayecto próximo al
millar de kilómetros.
Portada de la Revista de Historia Ferroviaria, número 17 con el artículo del Servicio Ruta de la Plata. |
Este atípico servicio ferroviario nació fruto de los planes de promoción del turismo de interior del entonces Ministerio de Información y Turismo, en plena época del desarrollismo económico español. Tras casi cinco años de desarrollo de la idea, finalmente el 24 de noviembre de 1969 partió de la estación sevillana de Plaza de Armas el primer tren «Ruta de la Plata» con destino a Gijón, en un viaje de 980 kilómetros y 16 horas de marcha. Al tren TAF modernizado formado por los motores 9523 y 9538 y el remolque 9523 le cupo el honor de realizar el viaje inaugural. El servicio se prestaba en días alternos: lunes, miércoles y viernes hacia Gijón, y martes, jueves y sábados hacia Sevilla. Todo el personal del tren era sevillano, ocupándose dos maquinistas de la conducción entre Sevilla y León, y otra pareja sevillana entre León y Gijón, que permanecía una semana destacada en León.
Orden Serie B de la 7ª Zona anunciando la puesta en circulación del servicio «Ruta de la Plata». Archivo del Museo del Ferrocarril de Asturias. |
El servicio tuvo una amplia aceptación y con el tiempo se demandó la
circulación diaria, pues en fechas señaladas y en verano era muy difícil
conseguir plaza. No fue hasta el 30 de mayo de 1976 cuando los TAF modernizados
del Taller de Sevilla-San Jerónimo fueron sustituidos por los TER de Cerro
Negro, y se amplió la circulación a diaria en ambos sentidos, además de poder
circular en doble composición, si la necesidad lo exigía.
El cierre masivo de líneas del 1 de enero de 1985 supuso el final del
servicio al suprimirse el servicio de viajeros en toda la línea de Plasencia a
Astorga, aunque se mantuvo abierta al tráfico de mercancías de forma
restringida. El corte de este tramo conllevó la supresión del tren «Ruta de la
Plata», que fuera de su recorrido no tenía razón de ser. A partir de ahí, la
línea de Plasencia a Astorga tuvo una lenta agonía hasta que en 1995 dejaron de
circular los trenes por ella, y tan solo se realizaron servicios excepcionales
de Salamanca a Guijuelo y de Astorga a La Bañeza.
Dentro de este fascinante viaje, la Rampa de Pajares estaba presente
como uno de los jalones más difíciles a superar dentro de su épico recorrido.
Esta dificultad especial era tanto para el material empleado en el tren,
automotores diésel poco propicios para un trazado como el «payariego», como
para el personal de conducción, que siempre fue foráneo, inicialmente de
Sevilla y posteriormente de Salamanca. Tal y como había sucedido cuando los
trenes TAF y TER habían prestado el servicio Gijón-Madrid, no fueron pocas las
ocasiones en las que estos automotores italianos tuvieron que atravesar la
Perruca remolcados por locomotoras, en especial en época de nieves. La nevada
del 11 al 12 de enero de 1981 supuso para el TER Sevilla-Gijón y sus 130
viajeros toda una odisea, atrapados por la nieve después de Villamanín más de
17 horas, hasta que fueron rescatados por efectivos de la Guardia Civil.
En 2013 sorpresivamente resurgió un servicio de viajeros directo entre
Asturias y Andalucía, con el Alvia Gijón-Cádiz, fruto de la unión de dos
trenes, que implicaba el paso por nada menos que cuatro cambiadores de ancho,
dos de ellos solo para atravesar Madrid. Aunque en su recorrido el Alvia era
coincidente con nuestro histórico «Ruta de la Plata» solamente en una pequeña
parte de su recorrido, era precisamente en la Rampa de Pajares coincidente. En
2015 este servicio se suprimió sorpresivamente, siendo necesario volver a
realizar trasbordo entre las estaciones madrileñas de Chamartín y Atocha.
Probablemente, con la futura unión por ancho internacional de las estaciones
madrileñas que da continuidad a las líneas de Alta Velocidad entre el norte y
el sur peninsular pueda volver a realizar un servicio de viajeros directo entre
el Cantábrico y la ciudad del Guadalquivir, aunque ya siempre dejando de lado
el oeste peninsular.
Primer servicio Alvia Gijón-Cádiz a su paso por Campomanes a cargo de la rama 27, el 23 de junio de 2013. Fotografía de José Luis Fernández García. |
Entre los años 2014 y 2016 la línea Plasencia-Astorga se ha sumido en una vorágine destructiva, con el levantamiento de la vía en diversos tramos sin un fin concreto, más allá de una hipotética vía verde, inconexa entre sí y prácticamente aún no terminada en ningún tramo. Esta vía verde no aportaría nada diferente de la oferta de caminos que existen en todas las comarcas atravesadas por el ferrocarril, que además ya cuentan con la antigua Vía de la Plata histórica como cordón umbilical.
Una utilización turística y cultural en varios tramos del ferrocarril
mediante ciclorailes, ferrocarriles históricos, o simplemente la vía montada
pero habilitada para caminar por ella, hubiera sido muy interesante para
preservar y mantener la línea instalada de cara a un hipotético regreso al
funcionamiento de este ferrocarril para servicios regionales y de transporte de
mercancías. A los tramos levantados en Zamora y las inmediaciones de Salamanca
se le han unido otros tramos en la zona más espectacular de la línea y con
mayor potencial turístico, Béjar y el paso por el Valle del Ambroz, al
extenderse la fiebre destructora hacia Extremadura.
Sin embargo, en el presente año 2017 ha surgido una esperanza, quizás
utópica: diferentes fuerzas políticas, institucionales y culturales desde
Extremadura se están moviendo para reivindicar la vuelta al funcionamiento de
la línea Plasencia-Astorga, liderado por el «Movimiento por el Tren Ruta de la
Plata». En diferentes parlamentos autonómicos y plenos municipales se han
votado diferentes mociones a favor de la reapertura de la línea
Plasencia-Astorga o al menos para frenar el absurdo desmantelamiento de la
misma. Quizás aún no sea demasiado tarde.
El servicio «Ruta de la Plata» fue protagonista de un extenso artículo
en la Revista de Historia Ferroviaria, en su número 17, aparecido tras un
paréntesis en su publicación, del que recomendamos su lectura a todos nuestros
seguidores.
Buenas tardes hace muchos años canté en la estación abandonada de Baños de Montemayor..en el programa de Jose Antonio Labordeta...ahora ctanto al levantamiento y expolio de la línea férrea..muy cerca de Baños..en Adeanueva del Camino..una vergüenza Saludos Matias Simon
ResponderEliminarhttps://youtu.be/GxldTjP7AYU
Viajé durante siete años (1975-81) en el Ruta de la Plata, entre Oviedo y Zamora, en 22 ocasiones, siempre tuve que comprar el billete ocho o diez antes, pues el tren siempre iba completamente lleno. El gobierno de Felipe González lo cerró el 1 de enero de 1985, argumentando que no era rentable. Completa mentira. Pero así es este desgraciado país.
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