La Rampa de Pajares y el tramo leonés de acceso a la Divisoria ha sido desde siempre objeto de diversos sabotajes, como ya se ha comentado en Objetivo Pajares con anterioridad; la importancia estratégica de la línea y la dificultad que ofrece el trazado para mantenerlo vigilado por parte de la fuerzas de seguridad lo han permitido. Si primero fue la Encarrilá, luego fueron los propios ferroviarios en momentos de huelga y más adelante los maquis, que lucharon heroicamente contra el franquismo en los primeros años de la posguerra en los montes de la Cordillera Cantábrica. Más recientemente han sido los mineros de ambos lados de la Perruca los que han interrumpido la circulación de trenes en la Rampa e incluso saboteado algún tren cargado con carbón foráneo, lo que ha provocado la caída de la carga a plena vía. Entre tanto, justo hace 25 años, en el verano de 1990 se produjeron varios ataques terroristas en la línea León-Gijón por parte del grupo terrorista ETA en la zona de Villamanín.
El lunes 13 de agosto de 1990 la organización ETA anunció mediante un comunicado en el diario Egin la colocación de artefactos explosivos en tres líneas férreas: la Madrid-Barcelona, Madrid-Sevilla y el trayecto Madrid-Gijón, con validez hasta el 27 de agosto. En la primavera ya se había realizado una campaña similar en otras líneas de Renfe y Feve, al igual que había sucedido el año anterior, e incluso posteriormente, se saboteó la línea del NAFA, actual AVE Madrid-Sevilla, cuando aún estaba en construcción y primeras pruebas.
El 14 de agosto, hacia las 14 horas, ETA, cumplió sus amenazas con la explosión de un artefacto en la línea León-Gijón en el PK 49.500, entre Villamanín y Busdongo. Renfe había suspendido la circulación en toda la línea 45 minutos antes de la explosión, al detectar las fuerzas policiales un «montículo» sospechoso en la caja de la vía bajo el balasto. Por este motivo no se produjeron daños ni en el material ni en personas, solamente los daños de la en la vía propios de la explosiñon: un «cráter» de un metro de diámetro, que destruyó 11 traviesas y deformó los carriles en ese tramo, además de daños en la electrificación. La bomba estaba compuesta por una cantidad de tres kilos de trilita y fue accionada mediante un temporizador. El 15 de agosto Renfe retomó la circulación en la línea León-Gijón, tras las reparaciones, y después de que la Guardia Civil hubiera «peinado» la zona.
El viernes 17 de agosto explotó un nuevo artefacto en el trayecto Madrid-Oviedo, en este caso en la línea Madrid-Irún, que afectó a trenes con destino Asturias y todo el norte del Estado al provocar daños en la infraestructura entren las estaciones de Adanero y Sanchidrian. Renfe desvió alguno de los trenes por la línea de Segovia hasta Medina del Campo (aún abierta por entonces para trenes regionales), mientras que el Talgo Madrid-La Coruña fue desviado en Ávila por Salamanca y Zamora, mediante el empleo de la Vía de la Plata, tramo por el cual no circulaban trenes regulares desde 1985 y apenas registraba tráficos muy ocasionales.
El 20 de agosto explotó tercera bomba que cortó la línea Madrid-Irún en la provincia de Ávila y una cuarta bomba en la León-Gijón muy próxima al lugar donde se colocó la primera de ellas, en el PK 49.460 de la León-Gijón, que provocó la rotura de un carril y varias traviesas. Se comentó en los medios de comunicación que esta bomba estuviera colocada a la vez que la anterior y que no fuera detectada por las fuerzas de seguridad del estado, dada la dificultad de detectar estos artefactos en la vía, donde los detectores metálicos no se pueden emplear y los perros perciben multitud de olores que les impiden percibir los explosivos.
La bomba estalló a las 8:06 de la mañana, sólo seis minutos antes de la llegada del interurbano León-Gijón a la estación de Villamanín, que llevaba siete minutos de retraso, que en esta ocasión resultaron providenciales. La rotura del carril provocó la ocupación de la vía que impidió que la señal intermedia anterior se abriera y se diera aviso desde el CTC al maquinista por Tren-Tierra.
El 22 de agosto la Guardia Civil buscaba a tres supuestos etarras que fueron vistos merodeando por La Robla en un coche con matrículas de Bilbao falsas.
Gara no existía en el año 90, fue en Egin.
ResponderEliminarEse año estuve de Interrail y no me enteré de nada hasta la vuelta pero al año siguiente en el viaje de salida me toco viajar desde León, donde nos bajaron del tren, hasta Barcelona en autobús. Un dolor.
Saludos. JMT.
Gracias; leí una cosa y escribí otra. Ya está editado.
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