domingo, 14 de octubre de 2012

El monolito de la Perruca

El 17 de octubre de 1984 se celebraron los actos oficiales de conmemoración del centenario de la inauguración del trazado ferroviario entre Puente de los Fierros y Busdongo con presencia de la familia real española. Desde Oviedo la familia real, formada por los reyes y la infanta Elena, se trasladaron a Puente de los Fierros en un tren formado por coches de la serie 9000 remolcados por la 251-001. Desde Fierros a Busdongo se desplazaron en automóvil y una caravana de autobuses de Renfe (curiosa manera de celebrar una efeméride ferroviaria).




En Busdongo se trasladaron al Tren del Centenario, para recorrer el tramo hasta la boca leonesa del túnel de La Perruca. Allí se realizó la parte central de la conmemoración del acto que el bisabuelo del monarca realizó en 1884 para inaugurar la Rampa de Pajares. En dicho acto se descubrió un monolito con una placa en recuerdo. Como suceso polémico destacar que sonó el himno del Reino de León en lugar del himno de Castilla y León. Finalizado el acto la familia real se trasladó a León en un Talgo Pendular.


El discurso que leyó Juan Carlos I sigue de plena vigencia en la actualidad:

Constituye para la Corona una gran satisfacción estar hoy con vosotros. Estar presente en esta singular conmemoración del centenario del entronque por ferrocarril del Principado de Asturias con el antiguo Reino de León y, por supuesto, con toda la geografía nacional

Carril a carril, tramo a tramo, las tierras de la patria se fueron engarzando una a una, salvando ríos y montañas, valles y otras fronteras naturales hasta constituir un abanico de comunicaciones y de posibilidades comerciales, sociales y turísticas hasta entonces impensable.

Yo insto a todos los hombres del ferrocarril aquí presentes, a su gestor máximo, y a todos los ferroviarios que laboran con eficacia en sus distintos puestos de trabajo, a que tengan siempre un generoso recuerdo para el ferrocarril histórico. Pero que no olviden algo muy importante: que la actualidad es acuciante y que el futuro no admite demoras. En otras palabras: que no nos durmamos en los laureles ni olvidemos las demandas de la sociedad española coetánea.

Razones energéticas, ecológicas, estratégicas, sociales y económicas – según dicen los expertos – aconsejan una vertebración racional de este medio de transporte. El ferrocarril es insustituible en determinados campos porque su potenciación producirá una indudable reducción del coste social del transporte y, lo que no es menos importante, contribuirá a la mejora de la calidad de vida de los españoles.

La preocupación de la Corona sería que con estas ventajas de partida perdiéramos el tren del progreso ferroviario. Ello no ocurrirá porque sé que sois conscientes de la importante herramienta de trabajo que tenéis en vuestras manos y de las demandas sociales que existen para poner en marcha el mejor ferrocarril posible y el que España se puede permitir en las actuales circunstancias de crisis mundial

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