viernes, 20 de junio de 2025

Trenes singulares en la Rampa (II): trenes de autobuses de la EMT para Cuba

El 7 de abril de 1995 pude acceder por primera vez a la estación de Gijón-Puerto, una de las dos terminales de ancho Renfe dentro del puerto de El Musel. Allí se encontraba apartada una composición de plataformas de ejes cargadas de autobuses rojos que estaban destinos a ser embarcados en el puerto con destino a Cuba. Este tren había llegado unos días atrás, procedente de Madrid, y había atravesado la Rampa de Pajares, probablemente remolcado por una locomotora 251, en color azul, como se encontraban todas en aquel entonces. Lamentablemente no pude realizar ninguna fotografía al tren, pero afortunadamente existen fotografías de este mismo tren en Madrid, realizada y amablemente compartida por José Manuel García Toresano.


Tras la disolución de URSS, a partir de 1990, la República de Cuba sufrió la pérdida de su primer valedor y se internó en un periodo de precariedad económica sostenida en el tiempo. A lo largo de aquella década se recuperaron vínculos entre España y Cuba, y se produjo un movimiento de solidaridad con el país caribeño. En este contexto se produjo la cesión de numeroso material móvil como autobuses, camiones, coches o camiones de bomberos, recién retirados del servicio, por parte de ayuntamientos y empresas municipales, o lo comités de empresa de estas últimas. El Sahara Occidental, Haití o la República Dominicana también fueron receptores habituales de este tipo de material desde la década de los ochenta del pasado siglo, igualmente cedido de manera altruista, o por un precio simbólico. La precariedad en Cuba era tal, que los vehículos, una vez que eran descargados en la isla, eran puestos en circulación tal y como llegaban, conservando decoraciones originales, matriculación propia e incluso indicadores de destinos.

Entre todos las empresas públicas que realizaron envíos de autobuses a Cuba en los últimos 35 años destacó la EMT madrileña, pero se produjeron envíos de prácticamente todas las empresas, como fueron sus homónimas valenciana o Malagueña, TMB de Barcelona, Tuzsa de Zaragoza, TUSSAM de Sevilla, Bizkaibus, EMTUSA de Gijón, AUCORSO de Córdoba e incluso alguno de los míticos autobuses Fernández de León, o de pequeños ayuntamientos, e incluso particulares. En el caso de la EMT de Madrid, el gran relevo de su parque se produjo a lo largo de la década de los años noventa del pasado siglo, lo que supuso el envío masivo de autobuses. No sólo autobuses fueron cedidos, y así, el comité de empresa de la factoría Alsthom en Santa Perpetua cedieron un automotor prototipo de ejes fabricado para Finlandia, pero que no fue aceptado por el comprador. Los Ferrocarrils de Generalitat de Catalunya enviaron automotores eléctricos, las míticas granotas, de la línea de Sarria, destinados al ferrocarril eléctrico de Jersey.


Los autobuses enviados en aquel momento eran los Pegaso 6038, presentes en la EMT madrileña entre 1980 y 1999 con 884 unidades, en seis entregas diferentes, lo que supuso un tercio de las más de 2.500 unidades fabricadas por ENASA para varias ciudades españolas, con carrocerías de Noge, Castrosua y Unicar. Este vehículo era prácticamente un 6035, potenciado y en algún caso entregados ya cambio semiautomático, en todo caso, último representante de la saga Monotral con motor central. Fueron conocidos en Madrid con el apodo de petroleros, y conservaron el característico color rojo durante toda su existencia. Durante algún momento de su existencia, supusieron la mitad del parque de la EMT. Al parecer, en Cuba no tuvieron mucho éxito y pronto fueron apartados, tras la llegada de más material cedido.