lunes, 17 de junio de 2013

40 años de las 269


En el verano de 1973, hace por tanto ya 40 años, se desarrollaron las pruebas en Renfe de las locomotoras 269, las primeras locomotoras japonesas monotensión en Renfe, continuadoras de una saga iniciada unos años antes con las bitensión 7900 y 8900.


En octubre de 1971 Renfe convocó un concurso para la adquisición de locomotoras eléctricas de las cuales 15 serían financiadas con fondos del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento BIRF y hasta 27 serían adquiridas gracias a recursos nacionales, por lo que podrían alcanzarse hasta 42 locomotoras en total. Debido a la financiación internacional se admitirían ofertas de países miembros del BIRF que mantuvieran relaciones diplomáticas con España, además de Suiza, México y Yugoslavia. El vencedor del concurso resultó CAF en alianza con Mitsubishi y Westinghouse, con una versión monotensión de las 7900 y 8900 suministradas anteriormente por Mitsubishi, CAF y Cenemesa.

En el año 1972 el Ministerio de Obras Públicas presentó el «Plan Renfe 1972-1975» en el que se pretendía potenciar el ferrocarril gracias a una fuerte inversión en la que se encontraba el objetivo de contar con una red básica de 5.000 kilómetros apta para velocidades máximas de 140 km/h y velocidad media de 100 Km/h. En este plan estaba prevista la electrificación de 700 kilómetros de líneas. Dentro de este plan estaba la compra de las 42 locomotoras antes citadas que supondría una inversión de 1.000 millones de pesetas.

Las electrificaciones en marcha en la década de los años setenta en Castilla, Aragón, Navarra, La Rioja y Andalucía, junto a la transformación progresiva de las electrificaciones de 1500 Voltios a 3000 Voltios, justificaba la compra masiva de locomotoras con licencia Mitsubishi, que en esta ocasión ofrecían una velocidad máxima con trenes de viajeros de 140 km/h. De las 42 locomotoras contratadas inicialmente el pedido se amplió en 66 locomotoras más, por lo que la construcción iniciada en 1973 se prolongó hasta 1978. En aquel año se continuó con la construcción de dieciocho locomotoras 269-500 que completaban el pedido inicial de cuatro locomotoras aptas para 160 km/h realizado en el año 1974. Posteriormente llegarían nuevas versiones de las 269, las doscientas y las chopper, y las múltiples reformas realizadas más recientemente, pero esa son otras historias, aunque también han trabajado en Pajares.

Año 1973 269-001 a 269-018
Año 1974 269-019 a 269-038
Año 1975 269-039 a 269-053
Año 1976 269-054 a 269-081
Año 1977 269-082 a 269-096
Año 1978 269-097 a 269-108

A partir de las locomotoras construidas en 1975, es decir, desde la 269-039 en adelante llegaron con el nuevo logotipo de Renfe en la placa frontal, hasta entonces con el acrónimo Renfe.


Dado que el trayecto Madrid-Asturias/Santander unificó su tensión a 3000 Voltios con la conversión a este voltaje de la antigua electrificación del MAS, las 269 sustituyeron a las bitensión en los expreso a Gijón y Santander, por lo que desde el principio las 269 madrileñas atravesaron el Puerto de Pajares; normalmente eran acompañadas de una 7700 que les daba la doble tracción. Posteriormente, con la llegada de varias 269 al Depósito de León a mediados de los años 80 éste contó con una pequeña dotación de 269 que nunca ha perdido, variando ésta en cantidad y compartida con las 269.2. Las 269 verdes leonesas se dejaban ver por Pajares con alguna doble tracción dada a trenes de mercancías con 7700, el ómnibus y algún tren de mercancías como titular, como era el paquetero de Oviedo a León. Con la llegada de las 269.2 y las chopper eran éstas las que daban tracción a los rápidos y talgos, pero de vez en cuando aparecía una 269 de la serie baja. En Castilla, pese a la bonanza del trazado, la catenaria no compensada impedía correr por encima de los 120 km/h, por lo que los tiempos no resultaban muy penalizados y permitía ver a una 269 verde en cabeza de trenes de prestigio.

Ya en la década de los 90, en ocasiones las 269.0 leonesas se encargaban de alguna de las ramas de los expresos o rápidos entre Gijón y León, cuando aún todas las locomotoras pertenecían a la UN de Tracción. Posteriormente las 269.0 no eran frecuentes en el Puerto, salvo con el TECO de la Central Lechera, hasta que la UN de Transporte Combinado empezó a utilizar las 250 y las primeras 269 especializadas, las 269.7.

En la actualidad siguen prestando servicio una treintena de locomotoras 269.0, alguna de las cuales incluso llegó a estar apartada durante un tiempo y luego volvió a prestar servicio, otras siguen apartadas en depósitos, mientras que otras ya han sido desguazadas. Apenas una docena se ha transformado en las locomotoras 269.850 emparejadas permanentemente y dotadas de reducción fija Fellar. Ya en su madurez la serie fue ampliada artificiosamente mediante la incorporación de seis locomotoras 269.5 que fueron renumeradas como 269.0, con lo que se alcanzó hasta la 269.114.

En su mayoría, las locomotoras que persisten en servicio pertenecen a la base de León y trabajan permanentemente en parejas fijas en mando múltiple. Es por tanto desde los últimos años la presencia habitual de las locomotoras 269 con mercancías por la Rampa, en especial cuando se producen puntas de trabajo o bajas temporales en las 251, por averías o entrada en grandes reparaciones.

En agosto de 2012 el reparto era el siguiente:

León: 9 parejas 269-(006-068)-(008-071)-(020-065)-(030-027)-(035-054)-(046-055)-(075-098)-(090-092)-(091-093).
Barcelona-Cantunís: 9 parejas 269-(004-079)-(015-056)-(019-049)-(029-045)-(050-060)-(062-076)-(063-066)-(069-072)-(044-084).


3 comentarios:

  1. En León en el año 84 no había ninguna asignada y posteriormente a primeros del 85 llegaron las primeras.
    JMT

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  2. Magnífico, José Luís. Enhorabuena

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