miércoles, 15 de diciembre de 2010

Invierno

Invierno, palabra mágica en Pajares. Si sumanos invierno a la palabra vacaciones, la cosa promete. Cuando aún faltan unos días para la entrada del invierno, ya han caido dos nevadas en el puerto.



"Caminos de Hierro de León, Asturias y Galicia - De Palencia a Oviedo y Gijón, Langreo, Trubia y Caldas", Ricardo Becerro de Bengoa

El Puerto de Pajares

La línea de Asturias ha debido y deberá siempre su fama á las titánicas obras que se han ejecutado para vencer las dificultades colosales del paso de la gran cordillera, á que dá nombre el pueblecito de Pajares. En su descenso ocurre lo que en todos los de la gran divisoria del Pirineo Cantábrico, unido por el Mediodía á las elevadas mesetas castellanas por suave declive, y por el Norte á las oceánicas playas por rápidas y espantosas laderas y accidentadísimo suelo. En el trayecto leonés-asturiano trátase de bajar con la suave pendiente del dos, en su máximum, desde el alto dé Busdongo y boca S. del túnel de La Perruca, á la estación de Puente los Fierros, situada á 768 metros más abajo. La carretera de Pajares, venciendo grandes y peligrosas rampas, salva esa altura con una línea de unos 18 kilómetros. El ferro-carril, en su difícil y admirable trazado, une ambos puntos con una vía de cuarenta y cuatro kilómetros, es decir que el recorrido es dos veces y media más largo. No puede darse el lector una idea de la gran campaña de penosos estudios de campo y de gabinete, de los variados proyectos y del caudal de talento, de actividad y de perseverancia que han sido necesarias, para abrir la gran vía por la que hoy circulan con toda comodidad los viajeros, sin apercibirse apenas de los detalles del terreno por donde pasan. Hay en este trayecto cincuenta y nueve túneles, así es que bien puede decirse, que casi todo él es subterráneo. Sin embargo, en los claros., al mirar hacia el Poniente, no podrán menos los viajeros de admirarse del bonito cuadro que la naturaleza ofrece, en estos profundos valles que forman la estrecha cuenca del Pajares, y de sus diversos afluentes. ¡Lástima grande, que tanto aquí como en la línea de Galicia, no pueda el curioso disfrutar de la contemplación detenida de las grandes obras que se han realizado en la vía, de los gigantescos trabajos y de los bellísimos panoramas que en mil puntos distintos.se presentan! Grato recuerdo de ellos conservan cuantos han recorrido estas grandes cordilleras, estas cuencas profundas, estos afamados puertos y estos escondidos pueblecitos, cuyos detalles pasarán desde hoy ignorados para el mundo que los atraviesa en alas del vapor. Pero ya que no se han de ver, sino en rápido y confuso desfile al ir en el tren, aquí consignaremos lo más curioso que acerca de este camino merezca conocerse.

En el kilómetro 53,400, después de la estación de Busdongo, la vía empieza á ascender de nuevo, cruza el Bernesga, que queda á la derecha, entre la vía y el pobre y olvidado pueblo, y se sube, volviéndolo á cruzar, hasta el kilómetro 55,200 con una pendiente del 2,03, la máxima y única de este tipo, que hay en toda la línea. Al pié del pico del Moro, y en una pequeña explanadita, donde se encuentran las bonitas y cómodas casas que alzaron el contratista ingeniero señor Regueral, el jefe de sección Sr. Maté y la Compañía para su oficina, se abre la boca del famoso túnel de La Perruca, que salva la divisoria y une á León con Asturias. Tiene 3.085 metros; es el mayor de España, y desde su entrada marcha en pendiente y en línea recta, bajando desde los 1.283 metros a los 1.231, sobre el nivel del mar. Está perforado en la cuarcita del terreno devoniano, en estratos casi verticales, paralelos á la divisoria del puerto y normales á su eje de construcción. Para realizar ésta se perforaron tres pozos: el primero de 67 metros; el segundo de 76, entre Vegalamosa y Arbas, á la izquierda de la carretera, y el tercero frente al recodo de ésta de 112. Sobre él se alzan los montes llamados pico de Bombiellos, rasa de los Verdes, picos Verdes, canto de los Pobres, arroyo Dulcaladueña, y la subida de la carretera hasta la misma divisoria de las dos provincias, que se eleva hasta el pié del mismo collado de La Perruca, á la altura de 1.394 metros. También sobre el túnel y unos 500 metros á la izquierda está el nacimiento del Bernesga. Se empezó á perforar este túnel hace muchos años, con muy pocos elementos, y en tiempo de los señores Miranda y Quevedo se trató de emplear la perforadora Brounton, de discos giratorios, con múltiples cinceles, que debia perforar y pulverizar toda la sección del túnel de una vez, pero cuyo uso se vió que era imposible desde los primeros dias, porque al romperse unos cinceles, ante la dureza de la cuarcita, se interrumpía el juego dé los demás y se embrollaba el movimiento. Después, en los avances definitivos, se hizo uso de 1a perforadora Francois-Dubois, semejante á las que se emplearon en el San Gothardo, impulsada por el aire comprimido por una máquina de vapor exterior, y cuyos taladros, de uno á dos metros de longitud, barrenaban la roca, en una superficie de un frente de siete metros, avanzando de 2m,50 á 3,50 por dia. Se cargaban los orificios con cartuchos de dinamita, disparando primero los orificios del centro, luego los de la periferia y después los de la línea exterior. El avance de galería por cada metro lineal costó unas 300 pesetas. Las aguas que iban apareciendo al abrir la sección completa, se extrajeron con unas ingeniosas bombas ó aspiradores en que se utilizó también el aire comprimido, del movimiento general. La formación de cuarcita no ha cambiado en todo el trayecto, hallándose interpuesta entre ella algunas lijeras capas de arcilla. A pesar de las grandes condiciones de resistencia de este túnel, tanto por su naturaleza como por la disposición de las capas, se ha revestido con esmero en toda su longitud. Además de los siete metros de galería de avance, se perforaron, como es consiguiente, siete de ensanches de la misma para la bóveda, veintiuno en la estroza y estribos, resultando constituida la sección total por un arco de círculo de 185º, de 2m,40 de radio, apoyado en dos estribos de 3,50, con un talud de 5 centímetros por metro y con un suelo ó rasante de 4,50. El volumen de arranque por cada metro lineal fue de 25,64 metros cúbicos, de modo que la masa que se ha sacado de La Perruca, por los tres pozos y las dos bocas ha sido de 77.919,96 metros cúbicos.

El nombre de La Perruca es un termina vulgar de la gente del pais, que denominó así á un león de piedra que antes habia sobre la columna ó mojón divisorio de las dos provincias.

Viene á desembocar este túnel colosal al principio del pintoresco y magnifico Valgrande, una de las terribles hondonadas que se abren al pié de la colosal cordillera. Desde la boca N., sin dar tiempo á ver el paisaje, se entra en otro túnel de 120 metros, se pasan el vallecito de la Casa, después otro de 96, el Valle de la Calera que baja desde Tibigracias, y después en otro de 155, que forman como tres ventanillos que tiene La Perruca á su salida. Al fin de ellos, en el kilómetro 59, la carretera general cruza á la vía férrea, para desviarse hacia las hondonadas de la izquierda y estamos en el Valle de las Piedras.

El viajero al encontrarse en Asturias dentro del tren, no ha sufrido la indescriptible sorpresa que experimentaba el que antes hacía en coche la travesía por el puerto. ¡Quién no ha oido muchas veces el justo elogio de esa maravilla de la naturaleza, que asombra á cuantos al trasponer las casas de lo alto de La Perruca, asoman al pretil de la izquierda de la carretera, y que consiste en el panorama grandioso del relieve de la cordillera extendido de S. á N., y por la banda de Poniente, en larga línea por el cielo y en imponentes é increíbles profundidades por la tierra! El ánimo se detiene absorto ante aquel brusco cambio, que el paisaje presenta, cuando dejando los ruines páramos de la suave subida de Arbas, donde viven en el verano en rústicas chabolas algunos pastores, se acerca uno á la revuelta del puerto, que un sencillo pretil limita y que decoran empinados y cónicos pilares. Se siente el observador atraído hacia el abismo, y pocos se atreven á apoyarse en el pretil para contemplar el cuadro. Este no parece natural, sino pintado en inmenso panorama concebido por algún genio.

Cinco gargantas paralelas en declive, cubiertas de frondosas hayas, bajan desde la divisoria á formar allá, en el abismo, otros tantos vallecitos reunidos en uno solo al fin, que se revuelve en una ladera y forma el Valgrande, famoso por las cacerías de osos, lobos, cerbatos, jabalís y rebecos. El túnel de La Perruca asoma á nuestros pies en una angostura, limitada por unas cuantas casas de obreros, y enfrente de su salida, entre los macizos de las profundas rocas y el verdor de las arboledas, se abren las bocas de otros dos pequeños. Más allá y más en lo hondo aun, se multiplican los vallecitos y sobre ellos se encrespan verdes laderas, verticales unas, con escasa vejetacion, mirando al Mediodía y más suaves otras, con arbolado y de frente al N. y al E. Sobre su oscura cima festoneada de copas de hayas, se levanta colosal otra cordillera en segundo término, de abruptas, gigantescas peñas calizas, desnudas en sus cimas, afiladas en picachos, redondeadas cual titánicos domos, grises en su masa general, azules en sus siluetas, salpicadas de misteriosas hendiduras ó trazos y de cortadas sombras, que empinándose hasta la región de las nubes, ocultan generalmente entre estas su cabeza. No hay pueblecitos, ni caseríos en los valles primeros, ni ermitas en los altos; nadie parece que se mueve en este asombroso cuadro, como si la naturaleza, imponente al ostentar toda su bellísima y salvaje majestad, hubiera infundido temor en los corazones é impidiera que el hombre y los animales se acercaran á ella. Hacia el Norte, pero muy lejos de este incomparable mirador y de sus primeros términos hay alguna que otra aldea, y por las colinas inmediatas se ven trazados varios senderos; pero aquí én este rincón, que tanto nos sorprende el paisaje se alza grandioso, mudo, solitario, cual si fuera una tierra habitada en otros tiempos por los gigantes y donde nadie se atreve ahora á poner sus pies. Y así, admirable, rico en constante verdor, cuajado de hermosas tintas, aunque es bello ¡cuan poco se parece en su aspecto al que presenta cuando las nieves lo cubren todo, desde el más escondido repliegue á las cimas altísimas, cuando aparece como tallado en marmol blanco, mas cercano á nosotros que ahora, en la ilusión óptica que se forma, festoneado de encaje por el verde oscuro de los bosquecillos bajos, que se destacan á trechos entre la nieve, abrillantado por el sol, en algunos muy pocos dias, embozado en tormentosas nubes y en un mar de juguetonas nieblas, y presentando, en fin, un conjunto que así como en el buen tiempo seduce y atrae, entonces sorprende y aterra!

La cuenca que tenemos á los pies es la del rio Pajares y en lo hondo de esta primera cordillera están los pueblecitos de Cuevas, San Miguel, Rivera, Pajares, Villar, Flor de Acebo, Posadorio y Llanos de Someron á lo lejos. Detrás de ésta se esconden las gargantas del nacimiento del Lena y allí están Campo, Riospaso, Telledo y Jomezana; las primeras cumbres calizas que cierran el horizonte al SO. son las de la sierra de Agüeria y La Tesa que se alzan sobre Tuiza á 2.200 y 2.300 metros sobre el nivel del mar, es decir á 1.000 metros más arriba que La Perruca, y las cordilleras magestuosas de enfrente son el Cordal de los Llanos, la sierra de Telledo, la de Perciles, la de Brañalavera y El Aramo, detrás de las cuales están la cuenca del Quirós, Cienfuegos y Bárzana. A nuestra espalda, al Oriente, se dilatan los altos de Compañones, Cariza, Carrócedo y Ranero, por cuyas estribaciones más bajas, hacia el Pajares y á media ladera, está abierto el paso de la vía férrea.


Al terreno devoniano de La Perruca, á la cuarcita, suceden unas pizarras de poca extensión é inmediatamente, ya en el tercer túnel, aparecen las calizas del terreno carbonífero que ocupa todo este horizonte. Hay en él grandes crestones de calizas, duras y resistentes areniscas y muchísimas laderas de suelo falso, de agrupamientos de altos detritus, formados de tierra corrediza y piedras sueltas, que la capa vejetal recubre y sostiene, pero que en cuanto se ponen al aire y son recorridas por las lluvias resbalan y ruedan al fondo de los valles, sin que sea posible contenerlas. Esta clase de terrenos ha ofrecido muchas dificultades y peligros en la construcción de las obras.

La vía se dirije hacia el N. por la derecha de la cuenca, atravesando una serie de avances de la indicada cordillera. En el valle de Las Piedras se abre el túnel del Estillero debajo del Canto del mismo nombre. Tiene 236 metros de longitud, en curva y sale sobre el valle de Las Llamargas. Inmediato se proyectó otro túnel, el de la Llana del Oso, pero la naturaleza del terreno es tan suelta y floja, que hubo de suprimirse y convertirlo en paso abierto. Los derrumbamientos de este suelo vienen desde lo alto y ha sido preciso hacer grandes obras de contención para que no inutilicen el paso. Los terraplenes de la Llana tienen considerable altura y vertiente sobre la carretera general, que se desliza al pié. Inmediato cruza la vía por una alcantarilla el torrente Rodrigario, delante de la boca del túnel de La Pallariega, sobre la cual se alzan en descompuesto orden erizadas rocas calizas, que indican la mala disposición de los estratos que forman este paso. En el valle de Las Piedras ha estado durante la construcción, el punto de partida del Tranvía ó ferro-carril auxiliar exterior, que construyeron los contratistas señores Buergo y Regueral y que tan útiles y numerosos servicios les ha prestado en las obras. Este tranvía vá de boca á boca de todos los túneles y circunvala la mayor parte de las colinas y cantos ó picos en que están perforados. La vía, que tiene 16 kilómetros de longitud, es de 70 centímetros de anchura, y sus trenes se componen de una pequeña locomotora Cockerill y de varios wagones de diversas clases, para todo género de trasportes. Con este gran elemento de trabajo, que funciona á la misma altura del trazado, se ha ahorrado el empleo de carros y otros medios malos y costosos de trasporte y se ha conseguido tener siempre en las bocas, en el interiorde los túneles y en todo el trayecto los materiales, objetos y gente necesarios para la prosecución constante y regular de los trabajos. Es un viaje delicioso, mucho más ameno bajo el punto de vista pintoresco que el de la vía férrea, el que se ha podido hacer por este tranvía, contorneando las colinas, sobre el borde de fuertes laderas, y desde cuyas vueltas se distinguen el precioso relieve de toda la bajada del Puerto y el trazado y obras del ferro-carril, en una extensión de bastantes kilómetros. Llega este tranvía hasta el túnel del Salguero limite de los trozos de construccion primero y segundo que ha ejecutado el señor Regueral.

Está el túnel de La Pallariega en el kilómetro 60, y bajo el cerro de su nombre y de las Carvás de Monío; es recto y tiene 964 metros de largo, con una pendiente de 0,018. A la salida hay un fuerte barranco por el cual desciende el arroyo de Pajares de las laderas de la derecha, y pasa la via sobre él por un hermoso puente de hierro, fundado sobre arrogantes pilares. Al lado opuesto está la boca del túnel de El Corollon, en curva, de 318 metros, y apenas se sale de él se penetra en el de Peña-Negra, en curva también y de 298 metros. Al pié del trazado en ese, que forman ambos y de las colinas que atraviesan, está la villa de PAJARES, primer pueblo que se encuentra en la bajada del puerto y que le ha dado nombre. Esta población estuvo colocada sobre el primitivo camino, que atravesaba esta cordillera y debió su nombre á los depósitos de paja y heno que se establecieron en ella para las numerosas caballerías que se empleaban en este difícil tránsito. Tiene 496 habitantes y pertenece al concejo ó ayuntamiento de Lena.

Cien metros separan al túnel anterior del de el Canto de los Galanes, en cuyo claro pasa por entre las frondosas hayas el arroyo de Mataredonda. La longitud de este túnel es de 413 metros. A su salida se encuentra la

ESTACIÓN DE PAJARES en el k. 62,700 y á 1.157 metros sobre el nivel del mar. Dista bastante este punto del pueblo de su nombre, no en línea recta, sino en altura, por lo cual es muy fatigosa la subida. La estación es sencilla y está muy bien dispuesta y adornada en su caprichosa decoración, como todo cuanto se debe á los trabajos del entendido é infatigable ingeniero de esta sección don Javier Sanz. El edificio, que no presenta más que un solo piso sobre la via, tiene otros dos, más inferiores en la fachada trasera, á donde el viajero puede asomarse, para disfrutar del gran panorama de la mitad del puerto. Ábrese á los pocos pasos el túnel en curva, de 224 metros, llamado Corro de la Tienda y poco después el de El Serrón, de 288. Al pié del trazado sobre la carretera, entre las pintorescas revueltas de las colinas cubiertas de vegetación, quedan el barrio de Flor de Acebos y el Posadorio, y al otro lado del rio Pajares, en la opuesta vertiente, dominando un ensanche del terreno se vé el pueblo de Llanos de Someron, que según las gentes de este pais cosecha los mejores guisantes ó arbejas de España y tiene 253 habitantes.

La via penetra por debajo del pico de Las Nieves formando el túnel de su nombre en curva, de 245 metros, y al pié de cuya colina hay una ermita en que se venera á la Virgen de esa advocación. Desde este punto el trazado se repliega con la cordillera hacia el N. E. en una extensión de algunos kilómetros. El panorama qué se descubre desde el tranvía en la vuelta de Las Nieves es delicioso, alcanzándose á ver gran parte de la sinuosa linea que el ferro-carril forma, su marcha y desaparición por detrás de las colinas y la estación de Puente los Fierros, que está á 620 metros por bajo de este punto de observación. El pueblecito más cercano entre la carretera y la base de esta estribación es Romía, que se esconde entre las arboledas del valle. Otro túnel de 388 metros, en curva, salva la altura de Canto de la Laguna, poblado de hermosas hayas, para salir sobre el pendiente barranco de Entrambos rios, cuyas aguas vienen saltando en pequeñas y múltiples cascadas, desde las altas cumbres, y en planos de una inclinación de 60 grados. Como la vía corta estas colinas á media ladera, aún se vé en los claros el curso de estos barrancos en la parte inferior, cubierta en sus revueltas y sinuosidades de grandes masas de hayas. En este mismo paisaje de Entrambos rios, y pasado el arroyo Fandeta, se abren el túnel del Bescon de 132 metros, el bonito valle de Pandoto, con su casita de los contratistas y el túnel de Pandoto, en curva, debajo de la colina de este nombre. Siguen en muy breve trecho el arroyo Romeron, el túnel del Romeron, de 164 metros, el arroyo de La Roza á Conforcon y el túnel del Topeal, en curva, de 331 metros. Todas las faldas que se atraviesan se ven cubiertas de hayas, y el resto del suelo aparece con el verdor perpetuo de las argomas, brezos, retamas y heléchos, que con sus variados tonos esmaltan de diversos colores estas vertientes. Allá en el fondo de los barrancos hay bastantes acebos, algunos fresnos y sinuosas líneas de avellanos. Según se ha dicho ya, obsérvase en estas alturas que la parte de las colinas que mira al N. y que recibe el tibio soplo del aire del océano, tiene vegetación frondosa de gran arbolado, mientras que todas las faldas y laderas expuestas al Mediodía están peladas, y solo muestran el fino yerbin, el brezo y el argoma raquíticos.

Al salir del Topeal crúzase el arroyo ó torrente de Navedo, cuyas blancas cascadas y saltos se perciben en la altura, rompiéndose en las oscuras rocas que se esconden en la sombra del bosque de hayas, y por cuyas resbaladizas orillas solo podrán ascender los corzos y los lobos. En lo profundo del barranco, allá á 200 metros de la vía, se ven entre los avellanos y castaños, los tejados del pueblo de Navedo, último rincón de la tierra, cubierto de preciosa vejetacion en el verano y de espantosas nieves en el invierno. Sobre una lomita más lejana se alzan la iglesia y campanario de Cabezón, que con Navedo reúne 98 habitantes.

Muy próximo se abre el gran túnel de La Pisona ó de Piedrafita de Orria, debajo del monte de Los Penedos y de las pendientes de Collado muerto, que dan sobre los profundos valles y desde las cuales se distingue un precioso panorama. Este túnel es recto, tiene 1.046 metros de longitud, con una pendiente de 0,019 y está en el kilómetro 67. Termina sobre el fuerte barranco de La Reguerona, y, pasado un hermoso puente de tres tramos, construido por la fábrica de Mieres, que salva las desigualdades, corrimientos del terreno flojo y un arroyo, se pasa el túnel de La Reigosa, debajo de la colina del Tejo, en curva y de 248 metros de largo. Fuera del túnel atraviésase el barranco Mayainos y se distinguen en la ladera del inmediato monte Ranero el edificio oficina de construcción de la Reigosa, ó casa del simpático Niceto Garro, el cuartelillo de la guardia sivil y el telégrafo, que allí se instalaron durante las obras. Sobre el alto del Ranero hay también grandes puntos de vista, desde los que se percibe en extensa zona ó faja á media ladera el desarrollo de la vía férrea con sus túneles, trincheras, vertederos y revueltas en una gran extensión Tiene el túnel Ranero 480 metros en curva, y sale sobre el vallecito de su nombre. A continuación se abre el de Los Troncos, que forma con el anterior un semicírculo completo y que dirije la linea de N. á S. Tiene 334 metros. Córtanse inmediatamente fuertes trincheras, que terminan en el barranco Cuchitin y sobre éste se abre el túnel del mismo nombre ó de Manga del Pozo, de 541 metros, en curva, para dirigir la linea hacia el S. E. No hay apenas más que un breve trecho de cielo abierto al salir de él, al cruzar el barranco Establon, cuando se penetra en el túnel recto, así llamado, de 435 metros, y en cuyo extremo, tras de otro segundo de luz al pasar el arroyo Fueyas, se recorre el túnel de Mudriello, en curva, de 337, y tras de otro rapidísimo claro sobre el barranco Fierros, viene el túnel en ese de La Gramea, de 667 metros, que cambia de nuevo el trayecto general hacia el N. Esta sección de los cinco últimos túneles, con pronunciadas y simétricas curvas que constituyen casi un solo túnel, entre los repliegues de aquel abrupto y solitario terreno, forma en los planos una figura como la de la base de la caja de una guitarra, por cuya causa se la ha denominado durante las obras: La Guitarra.

Termina el último sobre el arroyo de la Polea y siguen tres túneles cortos: los de La Polea, Navidiello y Carrascal de 88, 263 y 131 metros, situado el primero bajo las Carvas de Piedrafita y terminando en el arroyo Llascaron; y el segundo que concluye en el arroyo Cabanafiesto. Entre su boca N. y la S. del tercero está emplazada la estación de:

PARANÁ Ó NAVIDIELLO.. (73 kil, á 960 metros sobre el nivel del mar.) Dista este punto en línea recta 2k,500 del pueblo de su nombre, que se recorren al bajar en hora y media, y al subir en cerca de tres. Hay de diferencia de nivel entre la estación y el pueblo unos 420 metros, y para cuando la vía férrea en su sinuoso trazado llega más adelante, cerca de Parana, en la boca S. del túnel del Capricho, ha tenido que recorrer 20 kilómetros. Paraná es un pueblo muy pequeño, situado en pintoresco paisaje, en las orillas del riachuelo de su nombre, con 368 habitantes, y cuya principal industria es la fabricación de almadreñas de haya.

Desde el Carrascal, y pasado el arroyo Conforceo, la vía se dirije al N. E. bajo los montes de Cueva y de la Yera, atravesándolos con el túnel de Valvenir, de 641 metros, para salir en una angostura sobre los barrancos de la Sera y de la Sarrona al pié de peladas y eminentes laderas. Cambia después rápidamente al N. en las Cangas de Boronil formando el extenso túnel de Ventanoso de 759 metros, y se encorva antes de terminar, hacia el O. bajo el alto de las Plantas, abriéndose de nuevo la vía sobre el angosto valle del Conforceo. Detrás de estas elevadas vertientes del Ranero están los solitarios rincones de Santibañez, con su gran cueva en la peña caliza, de Murías y de Nembra, y repasando las otras cumbres que los dominan está el valle de Aller, con sus numerosos pueblos y sus ricos criaderos carboníferos. Por este valle se proyectó hacer pasar esta gran vía de Pajares, en uno de los estudios preparatorios.

La siguiente Carba de las Cuestas se atraviesa con el túnel de El Salguero, de 171 metros, y para contornear sobre los vallecitos del Parana la eminente altura de Peñas Agudas y los arroyos y barrancos que bajan de ella, se pasan: el túnel de Peñas Agudas bajo el canto de Los Llanos de 264 metros; el de Valdecales recto de 250 sobre el pueblecito ó barrio de San Andrés de Paraná; la barrancada de La Llaneza y la gran vuelta ó túnel en ese de Llanticon ó de la Sorda, que cambia la dirección N. O. que trae la línea hacia el N. E. y N., cuyo trozo de vía comprendido entre la estación de Parana y el túnel de Peñas Agudas se le ha denominado El Guitarrillo, por su forma especial.

Cruza el túnel del Llanticon el valle del Espinal y termina en el de Bobia, sobre el barranco de la Sorda, y formando de nuevo otra revuelta al O. al replegarse en la montaña, entra la vía en el túnel de Bosnacil, en el kilómetro 78, con una longitud de 225 metros, para salir sobre la hondonada y el arroyo de su nombre, cruzar la fuerte trinchera de la colina de Los Tintones, pasado el arroyo de Las Cerezas y entrar en el túnel de Boteto, de 210 metros.

El gran collado de Congostinas, que se alza sobre el estrecho y retirado vallecito de este nombre, se atraviesa con el túnel así llamado, curvo, de 328 metros. Debajo de él, casi en la misma vertical y á la profundidad de 242 metros, pasa la vía por el túnel del Capricho, formando una especie de lazo, como el tan conocido de Brañuelas, en la línea de Galicia. Revuelve el trazado en la montaña, con dirección al N. y cruza los dos túneles de 135 y 167 metros, que salvan con un pequeño claro el barrancal de La Roza, para pasar después las grandes trincheras que se abren sobre los caminos y el rio de Congostinas, entrando después en el gran túnel curvo-recto de Congostinas, de 1.154 metros, que dirige el trazado hacia el N. O. terminando en el kilómetro 82 sobre el arroyo Linares, que tiene inmediato el túnel de este nombre, de 60 metros. En una horizontal de 300 metros, que empieza en el arroyo de San Pelayo, se encuentra la escondida estación de:


LINARES, kilómetro 82,200, á 777 metros sobre el nivel del mar. Cambia la vía al Sur para revolver al E., en los túneles de Las Rozadas, de 222 y 245 metros, y asoma sobre el estrecho valle de Buron, desde cuyo paso se vé al frente, á muy corta distancia y á la profundidad de 130 metros, la vía férrea, que después de dar la gran vuelta de Malvedo, baja por la ladera de Los Picos de Navedo hacia el túnel del Capricho, recorriendo entre estos dos puntos tan cercanos un desarrollo de siete kilómetros. Pásanse en aquellas angosturas los dos túneles de la collada de Colombiello, de 165 y 42 metros, dejando al barranco Periones entre ellos, y después el pintoresco vallecito de Via Caballos, el túnel de este nombre, de 170, el arroyo de la Tejera, una fuerte curva en una trinchera al pié de Cimadevilla y sobre el arroyo Agua del Rio y el túnel de La Raza de las Cruces, de 375 metros, debajo del camino de Casórvida.

Sobre el arroyo de Valdetocino y pasando los caminos de Malvedo y el arroyo Reija, describe la vía una curva á cielo abierto, al pié de Yandecales, y á muy corta distancia de la estación de Malvedo y del pueblo de este nombre, que están á 56 metros por debajo de este punto y para llegar á los cuales recorre la vía 3 kilómetros, dando la gran vuelta circular de la cañada de Bustiello, la más septentrional y escondida de todo el trazado, al pié de las cimas del Ranero y sobre la linea de Campomanes, por donde pasaremos, después de dejar atrás á Puente los Fierros. El túnel de Bustiello en recta-curva, y de 879 metros, vá desde el arroyo de Yandecales al de la Valluga con una pendiente de 0,02, y después se atraviesan el vallecito de este nombre, punto el más septentrional del trazado; el túnel de Sierros de 130 metros; la curva de Llamas, con sus tres barrancos en el valle asi denominado; los términos de La Braña y Terrona y el túnel curvo de La Corrada, de 285 metros; el claro del barrio de La Caseta en el valle de La Laguna y el túnel de este nombre, de 110 metros, que termina sobre el barranco de La Forcada ó Reya, inmediato á la estación dé


MALVEDO: kil. 88 a 668 metros sobre el nivel del.mar. El pueblecito de Malvedo está situado á corta distancia de la estación, entre las arroyadas de Valdetocino, Reya y Yandecales, que bajan de la ladera que hemos atravesado en la vía hace un momento, y cuyo paso superior se distingue perfectamente por entre los cortes de las trincheras. El trazado, en este paso inferior y en un trayecto de más de tres kilómetros sigue casi paralelamente, en dirección contraria, las sinuosidades que arriba describe, pasando por el túnel de Val de Haces, de 245. metros; el arroyo y valle de Casórvida, correspondientes al lugar de este nombre, que tiene 190 habitantes; el arroyo de San Sebastian y el camino de Linares; las fuertes trintreras del Carbayo; el valle de vía Caballos y el arroyo Periones, que ya hemos pasado 6 kilómetros antes; los dos túneles de los Picos de Navedo, de 62 y 110 metros; el camino de Casórvida á las Riviellas, Collada de Pando y Buelles; el túnel de Riviella Buron, de 42 metros, y los fuertes barrancos y trincheras de Turrientas, hasta el arroyo de Congostinas, al pie del cual, y á la izquierda de la vía, se alza este pueblecito, que tiene 155 habitantes. Atraviésase el macizo y collado de Congostinas, por debajo del monte de Tacon redondo, con el gran túnel del Capricho ó de Congostinas-Parana, recto, de 1.809 metros y de una pendiente de 0,019. Hay á su salida una plazoleta formada por muchas casas de operarios, en medio del hondo paisaje, que se extiende hasta el riachuelo de Parana; y desde aquel punto se distingue, en lo alto, la bella perspectiva de las colinas, cerros y montes, cuajados de hayas, que acabamos de atravesar, y en los que, á trechos, se perciben las escombreras de los túneles, los terraplenes y las lineas que cortan las laderas, á cerca de 300 metros de altura sobre nuestras cabezas. En un repliegue del terreno hacia el S. está el pueblecito dé Parana; más arriba, en la oblicua rasante que baja de Peñas Agudas, se vé el barrio de San Andrés, entre las arboledas de enfrente; al otro lado del arroyo se esconde Villar, y pasado, en una curva, el arroyo de la Sorda; en el barranco del mismo nombre se atraviesa el hermoso Viaducto de Parana, por cuyo fondo corren las aguas del riachuelo así llamado, á más de 30 metros de profundidad, á unirse con las del rio Pajares, á muy corta distancia de aquel punto.

Estamos ya en término de Puente de los Fierros; pero necesitamos bajar aun 55 metros para llegar á la línea de su estación, cuyo desnivel se salva recorriendo un trayecto de tres kilómetros: por las alturas que rodean á este pueblo, pasando por una curva, al descubierto, desde la cual se descubre en un segundo el bello panorama del curso de Pajares, hacia Campomanes; por el túnel de la Parra de 91 metros, abierto sobre la carretera que une á Puente con Veguellina; por la barrancada de Orria, que da frente á Veguellina y á la estación y por los dos túneles que forman casi un círculo: el de Orria de 1032 metros, en pendiente de 0,02 y sobre cuya boca de salida cruza la carretera de Pajares, en su extremo inferior, y el de El Batan, que empieza en el rio Pajares y termina en la hondonada de Veguellina, á unos 100 metros de la estación de:


PUENTE DE LOS FIERROS, k. 96, á 515 metros sobre el nivel del mar. La Veguellina es un lugar de 140 habitantes, muy aumentado en estos últimos años, á consecuencia de ser el punto de emplazamiento la estación. Extiéndese por ambos lados de la carretera general de Castilla,, en la angostura que forman los altos de Orria y del Fresnedo, por entre los que corre; el Pajares. Para asentar la estación y sus dependencias, almacenes, oficinas de las obras, fonda y otros edificios ha sido necesario robar á las colinas un gran trecho, esplanándolo sobre la orilla izquierda del rio y afianzándolo con un colosal muro de sostenimiento. En este rincón de La Veguellina, es donde durante mucho tiempo se han detenido los viaijeros de los trenes de Asturias para tomar los coches que hacían la travesía del Pajares. Aquí también han estado las oficinas de la dirección facultativa de las obras de los trozos 3 ° y 4.°, últimos del trazado del puerto, de que ha sido contratista general el reputado ingenieno Sr. D. Eduardo Calleja, é ingeniero encargado el Sr. D. Rogelio Inchaurraudieta. Para la mejor y más rápida ejecución de los trabajos, construyeron estos señores un tranvía, un puente colgante de alambre y un plamo inclinado, que debian subir los materiales desde el nivel de Puente de los Fierros al de las obras, sobre el Collado de Congostinas, para distribuirlos en todas las labores de perforacion y revestimiento de aquella zona. El puente y el plano constituyen uno de los detalles más curiosos de las obras del Puerto.

Desde la estación emplazada en La Veguellina parte un tranvía de 0,50, cuyos wagones se arrastran con caballerías. Al llegar al barranco del Pajares, por el cual pasa la carretera general, se salva este con un atrevido y esbelto puente colgante, suspendido á 40 metros sobre el nivel del rio, formado por 250 hilos libres de gran resistencia, que sostienen el tablero dispuesto en arco, de un metro de flecha y cuya longitud es de 98 metros. Los cables que le suspenden se apoyan en dos muros de bastante elevación, alzados sobre las rocas de ambas orillas. El aspecto de esta obra, vista, ya desde el pueblecito, ya desde la carretera á cierta distancia, ya desde los bordes mismos de las laderas es sorprendente y casi fantástico, puesto que se destaca á grande altura, delineado con singular lijereza, en medio de un hermoso cuadro de vegetación al que parece servir de marco superior y que contiene en su centro el rio, la carretera, las casas, un puente de piedra, una ermita, grandes macizos de castaños, otro viaducto de la vía y un concurso animado siempre de gentes, que se mueven en todos estos accidentes del panorama. Fué construido este puente por la acreditada fábrica de Moreda y Gijon, de Gijon. Desde el extremo derecho del puente parten dos vías: una á la derecha, al túnel de Parana-Congostinas y otra la izquierda, al pié del plano inclinado, que se encuentra á corta distancia. Una grúa, situada en el extremo inferior de este, coje un wagón cargado y lo coloca sobre la plataforma de los carrilles del plano. El teléfono avisa á la estación alta de la Collada, donde se pone en movimiento la máquina de vapor, y el wagón sube arrastrado por un cable de 15 milímetros, mientras otro baja, caminando ambos por una sola vía con cruce en su centro, y por una pendiente de 22° á 40º salvando en breve tiempo, la altura de 350 metros. Otra grúa saca el wagón de los carriles en lo alto y se hace la descarga, trasportándose los materiales por diversos procedimientos hasta la línea férrea, Con estos ingeniosos elementos han conseguido los señores Calleja é Inchaurraudieta poner en la elevada línea del nivel de gran parte de las obras de los últimos trozos los grandes acopios de materiales, que han sido precisos para que no se detuviera el trabajo ni un solo dia; como los señores Regueral y Sanz han empleado á su vez el tranvía general exterior, para la perfecta ejecución de los primeros trozos del puerto. El tranvía, puente y plano han venido á costar un millón de reales.

El pueblecito de Puente de los Fierros que cuenta unos 80 habitantes en tiempos normales, lleva con justicia el verdadero nombre que tiene: Los Puentes, porque situado en la confluencia de las cuencas del Parana y del Pajares y de los caminos que por ellas hay trazados, ostenta numerosos pasos de puentes en breve espacio. Hoy, con las obras de la vía férrea este número ha aumentado, y es seguro que en el trecho de unos 500 metros se pueden contar hasta 10 puentes de todas clases. También esta población, como la de Busdongo, está destinada á perder mucho de su actual importancia, desde el día de la apertura total de la linea ya que sólo quedarán ambas reservadas, como especiales puntos de parada, para cuando las grandes nieves cierren ó dificulten en algunas ocasiones escepcionales el paso de los trenes.

Estos angostos desfiladeros de Puente fueron fortificados y defendidos en la campaña de la Independencia, por el general don Francisco Javier Losada, cuando habiendo evacuado á Asturias el general francés Bonnet, volvió este a invadir el pais con dos divisiones, una de las cuales, mandada por él, avanzó por el Pajares, resistiendo el nutrido fuego de las avanzadas españolas que mandaba el coronel Treviyano. En su retirada sobre el Narcea, ordenó Losada á lo más aguerrido de su división asturiana que se sostuviese y defendiese en Puente de los Fierros, mientras su ejercitó se replegaba en buen orden, y así lo hicieron los animosos montañeses, impidiendo al general Bonnet que entrara en el pueblo, que fue valerosamente defendido por aquellos, hasta que se unieron á sus compatriotas, puestos ya en salvo. (5 y 6 de Noviembre de 1811.)

En Puente de los Fierros termina la travesía del Puerto, de los famosos montes Víndicos, aunque no acaban aun las difíciles obras que tiene como complemento hasta llegar al valle de Lena. Titánica y admirable, digna de ser siempre recordada con justísimo aplauso, ha sido la campaña realizada en estos últimos años por la Compañía de los Ferros-Carriles de Asturias, Galicia y León, bajo la sabia y discreta dirección del Excmo. Sr. D. Ángel Clavjjo, para terminar las dos grandes vías de Galicia en 1883 y de Asturias en 1884, que ha puesto en directa comunicación y contacto á estos países tan ricos, productivos, interesantes y pintorescos con el resto d» la Nación.

En este libro, pues, único hasta hoy publicado respecto á la descripción detallada de esta vía férrea, es de justicia el consignar los distinguidos nombres de los infatigables obreros de la civilización, que con su inteligencia y su actividad, han contribuido principalmente á la ejecución y terminación de estas grandes obras, secundando las órdenes y propósitos del respetable Consejo de Administración de la Compañía, compuesto de los Excmos. Señores Duque de Sexto presidente, D. Práxedes M. Sagasta y M. Armand Donon vicepresidentes, marqués de Pidal, conde de Morphi, conde de Esteban Collantes, D. Ángel Clavijo, don Francisco Sepúlveda, D. Ernesto Polach, don Juan Fontan Rodríguez, D. Arcadio Roda, don Sabino Armada y Valdés, D. Pedro Sofolongo y D. Manuel Quiroga Vázquez.

Han dirigido y ejecutado las obras del paso difícil del puerto de Pajares los señores siguientes:

CONSTRUCCIÓN.

Ingenieros directores:

Don José Oliva, ingeniero en jefe, constructor de importantes lineas de Italia.
Don Narciso Aparicio, ingeniero jefe de la división de Asturias.
Don Francisco Javier Sanz, ingeniero de los trozos primero y segundo.
Don Rogelio Inchaurrandieta, ingeniero de los trozos tercero y cuarto.
Don Carlos Ángulo.
Don Amoldo Sizzo.

CONTRATISTAS EJECUTORES.

Don Francisco de Buergo y el ingeniero Don Salustiano Regueral, de los trozos primero y segundo.
Don Eduardo Calleja, autor del estudio de todo el trazado, ingeniero, contratista de los trozos tercero y cuarto.

VÍA Y APARATOS.

Don Vicente Valagussa, ingeniero jefe.
A sus órdenes:
Don Huberto Vighi.
Don José Smolinski.
Don Ramón Cuétara.

SECCIÓN DE PUENTES.

Don José Sangiorgio.

A fin de que el lector siga con facilidad los detalles de los túneles del Puerto, que van perfectamente consignados en el croquis gráfico, se completa la descripción con la siguiente lista:



Nombre de los túneles.

La Perruca....................3.065
Canto del Estillero.......... 236
La Pallariega. . . .........964
El Corollon......................318
Peña Negra.......... . . . 297
Canto de los Galanes.......406

ESTACIÓN DE PAJARES

Corro de la Tienda. ... .224
El Serron......................277
Las Nieves...................215
La Laguna....................374
El Bescon..... . . . .132
Pandoto...... . . . . 314
El Romeron. ...... . . .164
El Topeal...................... 331
La Pisona... . . .1.053
La Reigosa....................249
El Ranero......................495
Los Troncos...... . . 338
Manga del Pozo... . ..541
Establon.......................435
Mudrielo......................376
La Gramea.......... . 667
La Polea.........................88
Navidiello.....................263

ESTACIÓN DE NAVIDIELLO

El Carrascal....... . . .131
Valvenir..........................634
Ventonoso.................... 741
El Salguero........ . . . 171
Peñas Agudas.... . . . 264
Valdecales................ 250
Llanticon . . . . .1.072
Bosnacil.................... 225
Boteto....................... 210
Congostinas.. . . 328
La Roza.................... 135
La Roza.................... 167
Congostinas II... . 1.154
Linares.......... . . 60

ESTACIÓN DE LINARES

Las Rozadas. . . . . 222
Las Rozadas. . . . 245
Colombiello. .......... 165
Colombiello. ........... 42
Via Caballos. .......... 170
Rasa de las Cruces. . 375
Bustiello..................... 879
Sierros....................... 130
La Corrida................. 285
La Laguna.................. 110

ESTACIÓN DE MALVEDO

Valde Haces. . . . 245
Picos de Naredo. . . 62
Picos de Navedo. . . 110
Riviella Buron...... . . 42
Capricho.................... 1.809
La Parra....................... 91
Orria.......................... 1.032
El Batan...................... 325

ESTACIÓN DE PUENTE LOS FIERROS

Vuelta a empezar...



Han pasado ya casi diez meses desde la última entrada; de igual manera, las visitas a Pajares han sido pocas durante este perido, especialmente tras la primavera, más atareado en otras tareas y otros lugares a los que visitar. Llega el invierno y de nuevo Pajares merece ser visitado. A pesar de todo, el espíritu de Pajares no ha invernado, al contrario e incluso a kilómetros de distancia ha permanecido latente. Una muestra de ellos es la verraco, en un escenario descontextualizado de los campos de Castilla resopla esperando cruzar La Perruca alguna vez de nuevo.