viernes, 31 de mayo de 2013

Ruta de la Plata en camino

El Rápido TER-Ruta de la Plata Nº 672 Gijón-Sevilla Plaza de Armas ya está de camino hacia tierras más cálidas tras abandonar Asturias con los primeros rayos de luz de un precioso día sin niebla en el Puerto. Al automotor italiano aún le quedan centenares de kilómetros por delante para llegar a Sevilla y demostrar su legendaria fiabilidad, pero la Rampa de Pajares ya está superada al asomar por La Perruca. El maquinista salmantino saluda con un toque de bocina a la pareja de fotógrafos que lo han seguido desde Campomanes en un mes de mayo de 1984.




Agradecer a Javier Sánchez por hacer posible este viaje al pasado.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Una Verraco de película

Aunque las locomotoras Verraco están íntimamente ligadas a Pajares y a las duras líneas del norte de España, además del paso del Sistema Central en las líneas de Segovia y Ávila, no hay que olvidar que en sus orígenes una parte de ellas también recorrió tierras mediterráneas, al existir un grupo que llegaron a Norte procedentes del ferrocarril Almansa-Valencia-Tarragona (AVT). Fueron adquiridas por este ferrocarril para remontar las nada despreciables rampas de Xátiva hasta La Encina con los trenes de mercancías.

Locomotora verraco 040-2169 en Los Barrios (Cádiz)

Al final de su vida, un grupo de verracos conocería tierras más cálidas al ser enviadas por Renfe a las líneas del profundo sur en la reserva de tracción de Guadix. Una de estas locomotoras, original del AVT, se trataba de la Renfe 040-2169. Había llegado en 1884 al ferrocarril del Marqués de Salamanca suministrada por la casa prusiana Richard Hartmann, y fue matriculada como AVT 108. A partir de 1891 pasó a Norte con el 2708 y desde 1941, en Renfe llevaría el 040-2169. En la actualidad esta locomotora sobrevive (a duras penas) en un parque del pueblo gaditano de Los Barrios, en la bahía de Algeciras. Los motivos por los cuales ha llegado hasta nuestros días merecen la pena recordarlos.

Durante un tiempo esta verraco ha estado mal identificada, al creer que se trataba de la Renfe 040-2343 al descargar en la chapa que lleva su actual caldera toda la responsabilidad en la identificación del vehículo. Sin embargo, en 2008, a raíz de una petición de Martin Dieterich para documentar una exposición sobre las locomotoras fabricadas por Richarard Hartmann supervivientes realizada por el museo ferroviario de Schwarzenberg (Alemania) pude inspeccionar la locomotora de Los Barrios y comprobar todos los números del rodaje de la locomotora (bielas, cilindros, ruedas, etcétera). En la mayor parte de piezas aparecía troquelada la cifra 1360, que corresponde al número de fábrica de Hartmann y con la matrícula de Norte 2708. De hecho, este número también aparece troquelado en algunas piezas de los órganos de movimiento, y se trataría de piezas reconstruidas para ella en los Talleres generales de Valladolid durante el medio siglo que perteneció al Norte y portó ese número. Puesto en contacto con Javier Fernández, muy interesado en este asunto por su página web de seguimiento de las locomotoras de vapor preservadas en España, la web de referencia a este respecto, se pudo dar por confirmada la verdadera identidad de esta locomotora.

Identificada la locomotora, ahora toca conocer el motivo por el cual no terminaría desguazada en la década de los sesenta, cuando la mayor parte de estas locomotoras dejaron de utilizarse con la llegada de los tractores diesel para las maniobras, servicios en los que mayormente eran utilizadas las verraco sobrevivientes. En aquel entonces España vivía los años del aperturismo al exterior en plena dictadura del General Franco y el sureste español fue entonces elegido por las productoras italoamericanas que rodaban películas del género del Western, a fin de conseguir costes de producción más bajos que el genuino lejano Oeste americano. El origen italiano de las productoras hizo que se bautizaran a estas películas como Spaguethi Western, y constituyeron un verdadero subgénero que vivió un boom por entonces. Muchas de las escenas de estas películas el ferrocarril era el protagonista, y los escenarios naturales acompañaban a las líneas Linares-Almería, Baza-Gudix junto con los ramales mineros del Marquesado de Zenete. Solo faltaba recrear los trenes de la época de la fiebre del oro en el Oeste americano de finales del siglo XIX. Las locomotoras elegidas de la reserva accitana fueron la verraco 2169 y la Babcock&Wilcox 140-2054, una genuina de la zona desde sus inicios, siéndoles colocados algunos aditamentos para asemejarlas a las locomotoras estadounidenses del siglo anterior. El material remolcado estaba formado por una selección de los vehículos más anticuados, algo que no fue difícil de localizar ya que por entonces éste aún prestaba en esta zona olvidada de la Renfe.



Sin duda, de todas en las que participaría la Verraco, la película más representativa sería «El Bueno, el Feo y el Malo», rodada en la estación granadina de La Calahorra y el inicio del ramal a las minas de Alquife. También participaría en «Por un puñado de dólares» (1964), «Navajo Joe» (1966), «Joe, el implacable» (1966), «La muerte viaja a caballo» (1967), etc. Incluso en una de estas películas «Hasta que llegó su hora» (1968), la Verraco se trasladó a un tramo de vía que se tendió en las inmediaciones de un poblado del oeste recreado en el desierto de Tabernas.

Tras el rodaje de las últimas películas la Verraco y la 140-2054 permanecieron apartadas en la estación de Guadix. Mientras que la 140 aún participaría de manera estática en el rodaje en la estación de Guadix de una escena de Indiana Jones a finales de los años 80, la Verraco fue cedida por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles al Ayuntamiento de los Barrios. Este es el motivo por el cual la Norte 2708 ha terminado en la Bahía de Algeciras con los aditamentos actuales, procedentes de su última etapa activa.

Mejor suerte ha corrido la 140-2054 que gracias a fondos del ayuntamiento de Guadix, fue puesta de nuevo en estado de marcha; en esta nueva etapa ha participado en la tracción de varios trenes Conmemorativos y en la tracción del Tren de la Fresa durante varias campañas regulares.

La 140-2054 con el Tren de la Fresa. Fotografía de José Luis Fernández García 

De todas formas, el verdadero "Oeste" lo vivieron las Verraco y otras locomotoras contemporáneas en los primeros años de explotación de la Rampa de Pajares cuando los últimos de la "Encarrilá" se resistían a marchar al terminar las obras del ferrocarril y aún rondaban el valle de Pajares haciendo de las suyas.