domingo, 9 de noviembre de 2025

El apeadero de Villallana

En la inmediata posguerra la situación de destrucción y penuria del país era considerable, y uno de los aspectos que también se resintió fue la movilidad de la población. La tímida motorización existente en los años treinta del pasado siglo, ya resolvía las necesidades de la población del medio rural gracias a la proliferación de autobuses, coches de línea, o camionetas como se las denominaba en la cuenca minera, algunas de ellas de las propias empresas mineras para llevar al personal al tajo. Gran parte de este parque móvil fue requisado y acabó destruido, y para los vehículos que pudieron ser recuperados y reconstruidos, durante muchos años existió gran escasez de combustibles. Sin embargo, el ferrocarril no sufrió grandes daños y pese a un estado precario por los años de abandono, que se reflejaba en el estado de la vía y el material antediluviano, era una solución en las zonas por las que discurría este medio de transporte. Ya constituida la Renfe, se accedió y facilitó la construcción de nuevos apeaderos en aquellos lugares donde no existían y podían dar un buen servicio a alguna población con demanda de servicio, y que en muchos casos eran demandado por la población. La red asturiana de Renfe no fue una excepción, y durante la década de los cuarenta y cincuenta se instalaron varios nuevos apeaderos, tales como el que nos ocupa, Villallana (1946), como Santa Eulalia de Manzaneda (1950) o Ciaño de Sama (1951). Al otro lado de La Perruca, también se construyeron nuevos apeaderos, como fue el caso de La Seca, Cuadros o Villasimpliz. 


Villallana, Viḷḷayana en Asturiano y forma oficial por parte del Concejo pese a que sea ignorada y no respetada ni por Adif ni por Renfe, es una parroquia que dista tres kilómetros de La Pola, capital del Concejo, cuyo núcleo poblacional principal y homónimo se encuentra ubicado entre la carretera N-630 Gijón-Sevilla y la línea León-Gijón. Esta proximidad a la vía hizo que Renfe decidiera la instalación de un apeadero en el punto kilométrico 111,375, entre las estaciones de Pola de Lena y Ujo, que quedó abierto al servicio el 1 de junio de 1946. En mayo del año anterior, la Secretaría de Vías y Obras de la Renfe sacó a concurso las obras de construcción del edificio de servicio y andén del futuro apeadero, con un presupuesto de 38.264,90 pesetas, según se anunció en el Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo el 29 de mayo de 1945. El edificio corresponde al mismo modelo empleado posteriormente en los apeaderos de Santa Eulalia de Manzaneda y Ciaño. Pese a su modestia, tiene detalles arquitectónicos destacables, como son el pequeño porche bajo un arco de acceso al andén, sobre el cual se instaló el rótulo con el nombre de la dependencia con letras en negativo, y la combinación de paredes enlucidas y ladrillo visto, recursos muy utilizados en aquel entonces en este tipo de edificaciones ferroviarias, y que conectan con el diseño de los edificios del ferrocarril de Caminreal a Zaragoza, inaugurado en la década anterior. En el interior del edificio del apeadero existía una vivienda y posiblemente un despacho de billetes, y en otro edificio, los urinarios, inspirados en un modelo extendido por la antigua Compañía del Norte.


Con la llegada de la vía doble, dado que el edifico se instaló en el lado del pueblo y la nueva plataforma se realizó ganando espacio hacia la montaña, se conservó el andén existente para la vía II y se instaló un nuevo andén para la nueva vía I, con su correspondiente marquesina, que ha sido sustituida en varias ocasiones. Los andenes fueron recrecidos en las mejoras efectuadas en la década de los noventa del pasado siglo, y más recientemente, con Adif, todo se ha llenado de vallados y atiborrado de cartelería de todo tipo.




domingo, 19 de octubre de 2025

Locomotoras Euro-4001 en la Rampa

La apertura de la Variante no ha impedido que nuevas series de material motor circulen por la Rampa, y así ha sucedido con una serie que ha comenzado a estar presentes en los ferrocarriles españoles a partir de diciembre de 2024. Se trata de las locomotoras diésel 337, que se corresponden con el modelo Euro-4001 de la casa suiza Stadler, con factoría en Valencia.

Las Euro-4001 nacieron de la necesidad de abandonar las motorizaciones EMD de dos tiempos utilizadas hasta entonces por las exitosas Euro-4000, ante los actuales requerimientos medioambientales para el material ferroviario de nueva construcción. Las Euro-4001 emplean un motor diésel Caterpillar C175-16 de 2.800 kilovatios, que cumple con la normativa CE 26/2004 Stage IIIB, norma Euro 5, por lo que requiere la utilización de urea como aditivo. Estos motores diésel ya fueron elegidos por Vossloh, hace más de una década, para las locomotoras Euro-Light. Las Euro-4001 utilizan la misma plataforma de compañeras duales, Euro-Dual, y eléctricas, Euro-6000 y Euro-9000, por lo que comparten el resto de equipos, como es la eficiente cadena de tracción.

El modelo Euro-4001 fue presentado en 2017 en la feria de Berlín, y a continuación fueron contratadas 12 unidades por Alpha Trains, para su alquiler a VFLI. A partir de 2021 estas unidades fueron entregadas, ya a la actual Caprtain France, para servicios en Francia y Bélgica. Las siguientes Euro-4001 suministradas fueron las siete máquinas destinadas al proyecto de PorTren, en Uruguay, una línea de construcción totalmente nueva para transporte de celulosa, en la que participaron empresas españolas, tanto en la construcción de la línea, como en el suministro de las locomotoras y vagones, estos últimos fabricados en Asturias por parte de Talleres Alegría. En ancho ibérico, las primeas Euro-4001 han llegado igualmente por parte de  Alpha Trains, que ha adquirido por el momento 16 locomotoras, matriculadas en España como 337, alquiladas por las siguientes empresas ferroviarias: Medway, Captrain España, Ferrovial, CSP Logitren y Low Cost Rail.  

337-001 Medway

337-002 Medway

337-003 Medway

337-004 Medway

335-005 CSP Logitren

337-006 CSP Logitren

337-007 Medway

337-008 Captrain

337-009 LCR

337-010 Ferrovial

337-011 Captrain

337-012 Medway

337-013 Captrain

337-014 LCR

337-015 Medway

337-016 ¿?

Aunque unos días antes ya habría llegado a Asturias una 337 remolcada, fue el 3 de septiembre de 2025, cuando una 337 ha atravesado la Rampa de Pajares con un tren. Se trató de la 337-001, arrendada a Medway,  a cargo de un tren vacío procedente de Villadangos y con destino a Gijón-Puerto. Desde entonces, también han realizado marchas en vacío a Busdongo para acreditación, y varios trenes cargados.

viernes, 22 de agosto de 2025

Las 2100 en la Rampa

Las locomotoras de la serie 2100 llegaron a Renfe con el tercer concurso de locomotoras diésel de línea, lanzado a su ver por tercera vez en abril de 1963, para la adquisición de 120 locomotoras de línea de media potencia, dentro del Plan Decenal de Modernización. Entre las condiciones se exigía que los licitadores fueran constructores españoles, aunque se admitía la participación de socios extranjeros. 

El concurso fue repartido de forma salomónica entre dos de las ofertas, 60 locomotoras para Euskalduna asociado a la casa Alco y otras tantas para Macosa junto a General Motors, que dieron lugar a las 2100 y 1900, respectivamente. En ambos casos se trataba de dos tecnologías que Renfe ya conocía, en mayor o menor medida. Las locomotoras 2100 corresponden al modelo FPD-9 de Alco, según especificación DL-500S, que destaca por sus dos cabinas simétricas. Los ferrocarriles de Irán también contaron con este mismo modelo. Las características técnicas de las 2100 eran similares a las de las 1800, con el motor Alco 251-C de 2.180 caballos, y un peso en servicio de 111 toneladas. Todas las 2100 llegaron con freno de vacío para el tren, pero con el tiempo, todas las útiles recibieron el sistema de freno dual para el tren.


La construcción de las ocho primeras unidades fue realizada por Alco en la factoría de Schenectady (New York), en colaboración con General Electric, y llegaron a España a principios de 1965, mientras que la construcción del resto fue contratado por Euskalduna, entre CAF (Beasaín) y la Sociedad Española de Construcción Naval (Sestao). En 1970 el pedido fue ampliado 20 locomotoras más, construidas directamente por Euskalduna, ya bajo el nombre de Astilleros Españoles, en su factoría de Villaverde Bajo. Renfe asignó las locomotoras a los Depósitos de Tracción Diesel de Sevilla-Sta. Justa (2101-2134) y Ourense (2135-2160), y con ellas pudo completar definitivamente la eliminación de la tracción vapor en las líneas principales de Andalucía Occidental y en las líneas de la 7ª Zona, respectivamente. Las 2161-2180 fueron destinadas al depósito de Madrid-Atocha.

Las locomotoras sevillanas acompañaron a las Alco 1600 y se hicieron a cargo de trenes expresos y rápidos en las líneas principales que parten de Sevilla a Córdoba, Cádiz y Huelva, además de la línea Córdoba-Málaga, junto con servicios en el resto de líneas de Andalucía Occidental y sur de Extremadura. La electrificación a finales de los años setenta de las líneas principales permitió su desplazamiento a las líneas orientales de Andalucía, Granada-Bobadilla, Linares-Almería y Granada-Moreda, tras el refuerzo de sus tramos metálicos. A finales de la década de los años 80 el depósito de Granada comenzó a recibir locomotoras 2100 como dotación propia.

Las locomotoras de Ourense acompañaron a la serie 1800, serie que hasta entonces había sido mantenida en el depósito gallego de Monforte, hasta la construcción del orensano. Además de recorrer las líneas gallegas, ambas series tuvieron durante mucho tiempo un radio de acción muy alejado de su base, pues recorrían en servicio regular el norte de Extremadura o Soria, a través de líneas como la Ruta de la Plata y el Valladolid-Ariza, respectivamente. Las 2100 fueron las titulares de los expresos y rápidos desde A Coruña, Pontevedra y Ferrol, además del mítico Sudexpreso.

Las locomotoras de Madrid-Atocha se ocuparon, junto con las potentes 4000 (derivadas de las V-200 de la DB) y las pequeñas 10800 (General Electric U10-B), de dar tracción a todo tipo de trenes en las líneas sin electrificar que partían de Madrid, alcanzando puntos tan distantes como Zaragoza, Valencia, Cartagena, o las estaciones fronterizas con Portugal, en Extremadura.

Las electrificaciones realizadas en los años setenta del pasado siglo, y en especial, tras la llegada de la serie 333, dotadas de calefacción eléctrica para el tren y asignadas inicialmente a los depósitos de Madrid-Atocha, Valencia y Salamanca, restó protagonismo a las 2100 con trenes de viajeros principales, conservando los Ómnibus, además de los expresos de Ferrol y Pontevedra, donde la circulación de la serie 333 estaba restringida por motivos de peso. La llegada en la siguiente década de las unidades diesel 592 y 593, dotadas de aire acondicionado, motivó la desaparición de los Ómnibus, con los que las 2100 abandonaron los trenes de viajeros, y las especializaron en servicios mercancías, con plena satisfacción en sus feudos tradicionales.

A principio de la década de los noventa del pasado siglo Renfe se planteó el futuro de la serie, ante el descenso continuado de los tráficos de mercancías y los achaques de la serie agudizados por la escasez de repuestos. Mientras que la serie 1900 había sido sometida a serias reformas con la reconstrucción de todas las locomotoras mediante una nueva cajas y equipo eléctrico al sustituir el generador por un alternador, las 2100 recibieron tímidas reformas encaminadas a mejorar el confort, y sólo en algunas unidades los nuevos colores adoptados por Renfe. En aquel entonces las 2100 dependían de la Unidad de Negocio de Tracción y aunque se conservan las bases tradicionales, se destinan a bases en las que nunca antes habían trabajado, como Miranda de Ebro, Barcelona, Valencia, donde eran dedicadas a lanzaderas, maniobras pesadas y trenes de trabajos para Infraestructura. Las locomotoras excedentes fueron enajenadas a Argentina, país necesitado de material de tracción tras la privatización de sus ferrocarriles; entre 1994 y 1995 fueron vendidas 22 locomotoras a las empresas Sefepa y BAP, luego ALL, si bien muy pronto gran parte de ellas terminaron apartadas o sirvieron como donantes de piezas compatibles a otras locomotoras Alco.

A finales del pasado siglo, Renfe dejó de contar con las 2100 para los servicios de mercancías, y las supervivientes fueron repartidas entre la UN de Mantenimiento de Infraestructuras, para trabajos en la vía, y la UN de Mantenimiento Integral de Trenes, que reunió las excedentes y las dedicó a alquileres de largo plazo, como fue el caso de Aceralia, y la venta de locomotoras a empresas contratistas: dos a Tecsa, dos a Comsa, una a Necso, dos a  Vías y Construcciones, y dos a Guinovart & Oshsa. Una parte de las locomotoras de Mantenimiento de Infraestructuras fueron modernizadas, y así 16 unidades pasaron una Reparación General y recibieron equipos de aire acondicionado, aunque también dispuso de otras sin modernizar o como fuente de repuestos. En 2005 pasaron a ser propiedad del Administrador de Infraestructuras, Adif, aunque varias locomotoras ya habían causado baja, y la última de todas ellas funcionó hasta 2022.

Actualmente, de todas las locomotoras propiedad de Renfe y Adif, consta que 33 unidades han sido desguazadas, de las cuales cuatro ya lo habían desaparecido tras graves accidentes en época de Renfe, mientras que, otras 17 están apartadas a la espera de su desguace. De las siete locomotoras vendidas a empresas de trabajos de vía varias han sido relevadas de sus funciones, alguna revendida a otras empresas, ocasión aprovechada por Alsa Rail de la mano de la empresa  Auxiliar de Patrimonio Ferroviario S.L., para adquirir dos de ellas procedentes de Tecsa, junto a una tercera aún no reparada. La 2180 cayó en manos de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, y que se ocupó de remolcar el Tren de la Fresa, y actualmente ha sido cedida a la asociación Asvafer.

2100 en Asturias

Aunque las 2100 ya habían estado presentes en Asturias, fue a partir de mediados de la década de los setenta del pasado siglo cuando las 2100 y 1800 de Ourense comenzaron a convertirse en habituales en Asturias, siempre de manera minoritaria en número pero permanente, por diversos motivos: la puesta en funcionamiento de los ramales de acceso a Gijón-Puerto y Parque de Carbones, que fue realizado de manera provisional con tracción diésel, la demanda de alquiler de locomotoras por parte de Ensidesa y la necesidad de disponer de tracción para el servicio de mercancías en la línea de Oviedo a Trubia con la jubilación de las últimas 6000. La necesidad de disponer de material de tracción para los posibles rescates en la Rampa de Pajares en caso de temporales de nieve, y también para las tareas de exploración, con las eficaces cuñas quitanieves, consolidó esta presencia en la Rampa. Precisamente cuando realizaba estas funciones, la 2143 desapareció en el accidente del túnel 50, en septiembre de 1978.

Más adelante también se emplearon en el ferrocarril de La Camocha y en el ferrocarril de las canteras del Naranco, junto a algún tren más dentro del turno de interiores. En 1995 el Depósito de Oviedo tuvo una pequeña dotación de locomotoras 2100 asignadas, por primera vez, en una de las dotaciones más pequeñas y efímeras. El taller también se ocupó del mantenimiento de las locomotoras arrendadas a Arcelor.

Las 2100 se ocuparon de la exploración de la Rampa hasta la campaña del año 2000, tras la llegada a Asturias de varias locomotoras 319 como sustitutas. Posteriormente, alguna locomotora de Adif ha estado presente en Asturias con trenes de trabajo, laboratorios o los herbicidas, pero fueron poco frecuentes, dado que la Gerencia de Mantenimiento de León disponía de la 319-243.

En el pasado más reciente, las 2100 de Alsa han circulado por la Rampa en 2023 con el tren de PTG Tours, con aficionados ingleses que quisieron recorrerla. Ese mismo año también circuló la 2175, remolcada tras su reparación por Ferrovias Astur, una vez que fue comprada por Cosfesa a Vías y Construcciones.

Para quienes quieran conocer más sobre estas míticas locomotoras, no podemos dejar sin recomendar el libro dedicado a las 2100 de Monografías del Ferrocarril de Juanjo Romero, Antonio Gutiérrez y Lluís Prieto. https://www.monffcc.com/libro24.htm


 

martes, 12 de agosto de 2025

Mercancías 30

 En 2021 el Ministerio de Transportes anunció una iniciativa para duplicar en 2030 el peso del transporte de mercancías por ferrocarril, para pasar del cinco por ciento en ese momento, al diez por ciento al final de la década. La iniciativa fue presentada ante todos los actores concurrentes, como operadores logísticos, ferroviarios, Puertos del Estado y por supuesto Adif, en la que se recordaron las inherentes bondades del sistema, por su menor impacto ambiental, siniestralidad y de ahorro energético. Este plan iba regado por más de 8.000 millones de ayudas púbicas, entre las cuales estaban 1.500 millones de con cargo al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.

Pese a todo lo anterior y al paso de los veinte años redondos de la liberalización del tráfico de mercancías por ferrocarril, el peso de este medio no para de caer o en el mejor de los caso permanece estancado en una cifra ridícula frente a otros medios de transporte. Aunque la apertura de nuevas líneas de Alta Velocidad podría haber dado mayor capacidad para las mercancías, la llegada de nuevo material móvil de mayor capacidad y la mayor competencia por la ya citada liberalización, el escenario es muy negativo, con nuevos tramos de vía única donde antes había doble para permitir accesos de las LAV a determinadas ciudades, obras que se eternizan pese a que se realizan mediante cortes totales de líneas y otras muchas restricciones de todo tipo, especialmente burocráticas o de fiscalización donde antes no existía. En todo caso, entre todos los operadores ferroviarios que existen apenas se captan nuevos tráficos y menos aún son los que se consolidan, y en muchos casos, los que aparecen son los que va perdiendo Renfe Mercancías en una hemorragia continua que supondrá su fin por desaparición de todos sus trenes, o se trata de tráficos de prueba, que apenas duran media docena de circulaciones.

En el caso de Asturias, la llegada de la Variante apenas ha logrado la circulación de un nuevo tráfico, que en los primeros meses del presente verano de 2025 ha supuesto la circulación de un Teco operado por Alsa entre el Puerto de El Musel y Villadangos, con legumbres de importación, pero que tras tres servicios todo apunta a que no se repetirá por el momento. El verdadero cuello de botella ferroviario en Asturias se encuentra más arriba, como es el paso entre Ablaña y Villabona, pese a la vía doble y la línea de Viella, además de los accesos a las terminales, en las que nada se ha invertido en décadas. 

La semana pasada se inició un nuevo tráfico por parte de Low Cost Rail, que ya había operado en la Rampa de Pajares en el pasado, iniciando el tráfico de Tramesa a Villadangos. El pasado 7 de agosto de 2025 circuló un tren de Railsider entre Trasona y Sagunto de Railsider, que por falta de habilitación del maquinista por la Variante circuló por la Rampa, con una marcha especial 90556 Pola de Lena - Sagunto. Low Cost Rail se ha ocupado de varios trenes Railsider desde hace unos meses, coincidiendo con la recepción de tres locomotoras nuevas Euro 6000, en concreto las 256-220 a 222.

viernes, 20 de junio de 2025

Trenes singulares en la Rampa (II): trenes de autobuses de la EMT para Cuba

El 7 de abril de 1995 pude acceder por primera vez a la estación de Gijón-Puerto, una de las dos terminales de ancho Renfe dentro del puerto de El Musel. Allí se encontraba apartada una composición de plataformas de ejes cargadas de autobuses rojos que estaban destinos a ser embarcados en el puerto con destino a Cuba. Este tren había llegado unos días atrás, procedente de Madrid, y había atravesado la Rampa de Pajares, probablemente remolcado por una locomotora 251, en color azul, como se encontraban todas en aquel entonces. Lamentablemente no pude realizar ninguna fotografía al tren, pero afortunadamente existen fotografías de este mismo tren en Madrid, realizadas y amablemente compartidas por su autor, José Manuel García Toresano.


Tras la disolución de URSS, a partir de 1990, la República de Cuba sufrió la pérdida de su primer valedor, tras lo cual se internó en un periodo de precariedad económica sostenida en el tiempo. A lo largo de aquella década se recuperaron vínculos entre España y Cuba, y nació un movimiento de solidaridad con el país caribeño. En este contexto se produjo la cesión de numeroso material móvil excedente como fueron autobuses, camiones, coches o camiones de bomberos, recién retirados del servicio, por parte de ayuntamientos y empresas municipales, o lo comités de empresa de estas últimas. El Sahara Occidental, Haití o la República Dominicana también fueron receptores habituales de este tipo de material desde la década de los ochenta del pasado siglo, igualmente cedido de manera altruista, o por un precio simbólico. La precariedad en Cuba era tal, que los vehículos, una vez que eran descargados en la isla, eran puestos en circulación tal y como llegaban, conservando decoraciones originales, matriculación propia e incluso indicadores de destinos.

Entre todos las empresas públicas que realizaron envíos de autobuses a Cuba en los últimos 35 años destacó la EMT madrileña, pero se produjeron envíos de prácticamente todas las empresas, como fueron sus homónimas valenciana o Malagueña, TMB de Barcelona, Tuzsa de Zaragoza, TUSSAM de Sevilla, Bizkaibus, EMTUSA de Gijón, AUCORSO de Córdoba e incluso alguno de los míticos autobuses Fernández de León, o de pequeños ayuntamientos, e incluso particulares. En el caso de la EMT de Madrid, el gran relevo de su parque se produjo a lo largo de la década de los años noventa del pasado siglo, lo que supuso el envío masivo de autobuses. No sólo autobuses fueron cedidos, y así, el comité de empresa de la factoría Alsthom en Santa Perpetua cedieron un automotor prototipo de ejes fabricado para Finlandia, pero que no fue aceptado por el comprador. Los Ferrocarrils de Generalitat de Catalunya enviaron automotores eléctricos, las míticas granotas, de la línea de Sarria, destinados al ferrocarril eléctrico de Jersey.


Los autobuses enviados en aquel momento eran los Pegaso 6038, presentes en la EMT madrileña entre 1980 y 1999 con 884 unidades, en seis entregas diferentes, lo que supuso un tercio de las más de 2.500 unidades fabricadas por ENASA para varias ciudades españolas, con carrocerías de Noge, Castrosua y Unicar. Este vehículo era prácticamente un 6035, potenciado y en algún caso entregados ya cambio semiautomático, en todo caso, último representante de la saga Monotral con motor central. Fueron conocidos en Madrid con el apodo de petroleros, y conservaron el característico color rojo durante toda su existencia. Durante algún momento de su existencia, supusieron la mitad del parque de la EMT. Al parecer, en Cuba no tuvieron mucho éxito y pronto fueron apartados, tras la llegada de más material cedido.