Durante el desarrollo del tren histórico Rampa de Pajares del pasado mes de agosto, se recurrió en una de las circulaciones a la tracción de la locomotora 333-107, custodiada actualmente por la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid. No era la primera vez que estas impresionantes locomotoras diésel circulaban por la rampa, ni mucho menos, ya que, precisamente, lo habían hecho casi siempre con trenes de viajeros.
Estas locomotoras, que llegaron
a Renfe entre 1974 y 1976, ya consta que en sus primeros años fueron empleadas,
de forma excepcional, en la rampa en casos de temporal de nieves con trenes de
viajeros, tanto para dar tracción a los trenes regulares, como los especiales
que se formaban para sustituir a los autopropulsados que prestaban servicios de
largo recorrido. Mientras que las locomotoras Alco eran las empleadas en las
tareas de exploración y limpieza de la nieve mediante las cuñas, las 333 se
ocupaban de la tracción, en solitario o en compañía de las titulares
eléctricas, de los trenes de viajeros, pues ellas siempre podían garantizar el
suministro de calefacción para el tren.
Así conocemos que durante el
temporal de nieves que asoló el noroeste peninsular en enero de 1981, la
locomotora 333-046 participó en el rescate del TER Ruta de la Plata que
permaneció 17 horas detenido entre Villamanín y Busdongo, según relata el Boletín
Oficial de las Cortes Generales de 30 de julio de ese año cuando el ministro
del ramo tuvo que dar explicaciones de lo sucedido.
Durante muchos años, cuando
el tiempo se recrudecía, las 333 hacían acto de aparición, en especial para el
remolque de los expresos. En 1996 se ocuparon de la tracción
del tren regional, sustituido mediante coches 16.000, y también a los Talgo III
a de Barcelona y de Alicante, fusionados en una única circulación. En
ocasiones, su participación se limitaba al tramo entre Puente de los Fierros y
Busdongo, primero con el tren Estrella de Gijón a Barcelona y regreso aislada,
para hacer lo propio con el tren Estrella de Gijón a Madrid. Más recientemente,
primeros años del presente milenio, Grandes Líneas enviaba una 333 a la rampa para
realizar labores de expedición, y así mantener expedita la línea entre Busdongo
y Pola de Lena, y estar disponible por si fuera necesario, para dar auxilio a
los trenes Talgo, 130/131 y 78/79.
Por aquellos años, también
era frecuente que hubiera una 333 de Cargas perteneciente al depósito de
Ourense destacada en León, que era empleada en tareas diversas, entre ellas la
maniobra y tracción del tren de piedra en el cargadero de Ciñera. En alguna de
estas tareas, bien con trenes de piedra o con material de vía, las 333 se
acercaban a Busdongo o incluso más allá, y así consta que en 2000 la 333-066 atravesó
la rampa con un tren de plataformas.
Las 333 de Renfe, origen y evolución.
En septiembre de 1971 Renfe
convocó un concurso para la compra de 43 locomotoras diesel con potencia no
inferior a 3.330 CV, con cargo a la financiación del Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento, para 19 de éstas, y mediante financiación con
recursos nacionales para el resto. La oferta ganadora resultó la propuesta por Macosa,
que estaba basada en las series MZ-1 de los ferrocarriles daneses, construidas
en Suecia por Nohab, como licenciatario General Motors. Este modelo estaba
recogido en el catálogo como JT-26C y se correspondía en su parte mecánica y
eléctrica con el modelo SD-40 para el mercado norteamericano, ya con el nuevo
motor EMD 567, sobrealimentado mediante turbocompresor. Las locomotoras eran de
tipo universal, ya que superaban los 140 km/h para trenes de viajeros, para los
cuales ofrecía suministro eléctrico para su calefacción, y su potencia también les
permitía remolcar trenes de mercancías de gran tonelaje. El pedido de
locomotoras fue ampliado en 50 unidades adicionales dentro del «Plan Renfe
1972-1975», en el cual se preveía adaptar 5.000 kilómetros de la red para
velocidades máximas de 140 km/h y medias de 100 Km/h.
Así las cosas, entre abril
de 1974 y diciembre de 1976, Macosa entregó 93 locomotoras matriculadas en la
serie 333. Fueron repartidas íntegramente entre los depósitos de Salamanca y
Madrid-Fuencarral, ambos de la 1ª Zona, pero su plantel de servicios contemplaba
una vasta extensión geográfica. A partir del 1983 las 333 abandonaron Fuencarral
para ser repartidas entre Atocha, Salamanca y Valencia-FSL. A mediados de esa
década, el depósito de Granada recibió una pequeña dotación de 333 para
trabajar en las líneas de Andalucía oriental.
Durante los primeros años de
la siguiente década las locomotoras mantuvieron sus zonas de trabajo y
servicios habituales, aunque también se produjo el paso efímero de algunas 333 por
nuevas bases, como fueron Sevilla-Santa Justa y Barcelona. En 1995 la
distribución de las locomotoras se producía entre Madrid-Atocha (38 unidades),
Salamanca (17), Valencia-FSL (11), Ourense (16), Granada (4) y Barcelona (7).
A mediados de los años
noventa surgió la necesidad de disponer locomotoras aptas para servicios a 160
km/h, ante el final de las series especializadas de Talgo. En 1996 inició su
andadura la serie 333-200, surgida de la reforma de 4 locomotoras 333 que recibieron
las siguientes modificaciones: nuevos bogies desarrollados por el centro de ingeniería
de GEC-Alsthom España, aptos para 160 Km/h, sistema electrónico de control de
la cadena de tracción, sistema Super-Series,
modificación de la refrigeración y nuevo sistema de calefacción para el tren. A
partir de 1999 se reformaron ocho locomotoras más que dieron lugar a la serie
333-100, reforma consistente únicamente en la sustitución de los bogies y la relación
de transmisión para 160 Km/h. No obstante, todas estas locomotoras quedaron
limitadas a 140 Km/h, una vez que se comprobó su deficiente comportamiento su
velocidad máxima, pese a lo cual este mismo bogie también fue instalado en la práctica
totalidad de las restantes 333.
A principios de 2000 Renfe
decidió la reconstrucción integral de 32 locomotoras 333 en unas nuevas basadas
en la plataforma PRIMA de Alstom, mediante la recuperación de los equipos
diésel y eléctricos originales. No obstante, se modificaron los motores de
tracción, se instaló el sistema de control EM-2000, y el ya conocido Super-Series. En 2003 se decidió la
extensión de la reforma a 32 locomotoras adicionales. Antes de iniciar esta
transformación, las 333 estaban repartidas de las siguiente manera: la UN de
Cargas contaba con 52 locomotoras 333.0, Grandes Líneas con 17 locomotoras
333.0, 7 333.1 y las cuatro 333.2 y Transporte Combinado, con 12 locomotoras
333.0 y una 333.1.
Más adelante, también se
decidió la reconstrucción integral de las 28 locomotoras 333 asignadas a
Grandes Líneas en otras nuevas basadas en las Class 67 de EWS, construidas por
Alsthom Transporte en Albuixech y aptas para 200 Km/h. Pese a tratarse de una
reconstrucción, el único equipo de importancia que era recuperado era el
generador auxiliar, para suministro de corriente para el tren, pero que procedía
de las 319.3 de Renfe-Mercancías, pues el original de las 333 ofrecía prestaciones
inferiores. Dado que en esta operación el motor diésel de las 333 de Grandes
Líneas era permutado con Renfe-Mercancías, esta división de Renfe los empleó en
la construcción de 28 unidades adicionales de 333.3, aunque administrativamente
se justifica que proceden de la renovación de locomotoras 319.2 excedentes, con lo que esta serie quedó formada por 92 locomotoras. Las
333 prestaron servicios de mercancías hasta finales de 2007, mientras que las
últimas de de Larga Distancia se mantuvieron entre Ourense, Salamanca y
Madrid-Fuencarral hasta su baja, de tal forma que en abril de 2009 la serie
realizó sus últimos servicios regulares en Galicia.
Las 333-105 y 333-107
continuaron durante un tiempo en tareas de servicio de la UN de Largo
Recorrido, como fue el traslado interno de material móvil, hasta finales de
2009. En 2018 ambas locomotoras fueron cedidas a la Asociación de Amigos del
Ferrocarril de Madrid, siendo la segunda de ellas puesta a punto y repintada al
estado en el que salió de reforma. Por otra parte, actualmente también sobrevive
una 333 original, la 088, sin motor diésel y bogies originales, custodiada por el
Museo del Ferrocarril de Madrid.
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