En febrero de 1919 conocemos que un tren de militares que iban a Tarragona quedó detenido en las inmediaciones de Pola de Lena por un desprendimiento. A raíz de ello, la Compañía del Norte inició el proceso de expropiación de una finca colindante a la vía denominada «el Cantarillón», entre los puntos kilométricos 110,874 y 111,110 (frente a Villallana), para realizar el saneamiento de la trinchera existente, según fue anunciado en el Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo en abril de 1919.
En marzo de 1927 se produjo la detención de varios trenes en las estaciones de Ujo y Pola de Lena debido a un desprendimiento de tierras en el punto kilométrico 109, tras varios días seguidos de lluvias continuadas. En marzo de 1936 un nuevo corrimiento de tierras interceptó la vía en las inmediaciones de Pola de Lena.
El 6 de abril de 1950 el expreso que cubría el servicio Madrid-Gijón descarriló en las inmediaciones de Villallana con resultado de 18 personas fallecidas y gran repercusión mediática, como es lógico. Las causas nunca fueron esclarecidas, se achacó a una deficiente reparación de la vía, pero en todo momento el Régimen negó la versión de atentado, pese a que entre los fallecidos se encontraban varios militares de alta gradación, un alto funcionario e incluso un miembro del PCE en la clandestinidad de camino a una reunión decisiva para el devenir del partido. El año anterior el expreso Madrid-Barcelona había sufrido un atentado en el que varios coches acabaron en el fondo de una riera en el Priorat, con un importante número de damnificados.
En noviembre de 1966 se produjo un importante desprendimiento de tierras entre Villallana hacia Ujo, que incluso arrastró las tierras hasta la carretera Gijón-Adanero, y provocó la incomunicación total de Asturias con la meseta. Afortunadamente unos obreros que estaban trabajando en la vía pudieron detener un tren que desde Oviedo se dirigía a Pola de Lena y se detuvo a solo cincuenta metros del argayo.
La ejecución de la vía doble no ha evitado los accidentes en este tramo. El 4 de diciembre de 2008 la Civia 463-009 descarriló en las inmediaciones del puente de la Barraca de Pola de Lena motivado por un desprendimiento de tierras. El 11 de febrero de 2013 una Civia descarriló tras el arrollamiento de un desprendimiento de tierras tras pasar junto al túnel 81 BIS.
Entre todos estos hechos, en 1956 sucedió otro desprendimiento de tierras en el tramo de Ujo a Pola de Lena que no tuvo repercusiones trágicas gracias a la rápida reacción de un joven protagonista. El 4 de mayo, frente a la aldea de Vegamuro, un desprendimiento de piedras, algunas de gran tamaño, interceptó la vía poco antes de la llegada del Correo León-Gijón. El muchacho Adolfo Simón Parra, vecino de Retalente, se apercibió de la situación y reaccionó de inmediato para avisar al maquinista del Correo antes de que se encontrara las piedras. Se acercó a las inmediaciones de Villallana, un kilómetro antes del lugar, y avisó mediante un chaqueta roja que le pidió a una niña agitándola hasta que consiguió detener el tren. El maquinista, en gesto de agradecimiento le ofreció a Simón 25 pesetas, que parece que aceptó a regañadientes, e incluso Renfe preveía reconocerle su gesto heroico.